lunes, 2 de agosto de 2021

El chicoleo entre Feijóo y Ayuso


 

¿Hay movimientos en el interior del Partido Popular? Y si la respuesta es afirmativa, ¿qué orientación llevan? De momento todo son especulaciones en los mentideros, peluquerías unisex y baretos de medio pelo.

La cosa viene a cuento porque los periódicos, tras la Conferencia de Salamanca, han prestado atención a ciertos chicoleos entre Núñez Feijóo y Díaz Ayuso: gallego él, madrileña ella. Al primero se le atribuye una cierta fama de pragmatismo y prudencia; sostienen algunos que ella rima en consonante con lo más ultra de las derechas domésticas. Vamos a ver, esos chicoleos no se han producido porque sí, ni sin motivo. Y podría establecerse la arriesgada hipótesis de que el objetivo central no era apuntar contra la «ilegitimidad» de Pedro Sánchez. Si tal fuera a ese encuentro galaico—matritense habrían sido invitados el resto de los presidentes peperos. Así pues, el motivo no podía ser otro que el análisis de la situación del partido y, más concretamente, de la capacidad de liderazgo de Pablo Casado. Y lo han hecho las personas con mayor desenvoltura en el partido y menor dependencia del grupo dirigente central. Los entorchados pesan.

Por lo menos el gallego y la madrileña habrán coincidido en el estado de la cuestión: desde la elección de Casado como primer espada del partido están cayendo chuzos en punta en España; todos los sueños de Casado se han quedado en agua de borrajas. Lo que está provocando un itinerario errático de la dirección del PP. Un botón de muestra: la recogida de firmas contra los indultos, al parecer, se ha archivado. O sea, primero hubo un calentón de bragueta para, después, acabar en gatillazo.

El de Compostela y la de Madrid han sacado ambos dedos para ver por do viene el viento: de momento todos los indicios apuntan a recuperación de la economía. Mala noticia para los mechinales de la calle Génova. Lo peor –podría decir la pareja--  es la incompetencia de Casado y sus alrededores.

Movimientos en el Partido Popular. En Salamanca uno y otra habrían hablado de algo que no conviene a Pablo Casado. Es decir, el lenguaje del abanico de la pareja más influyente de su partido.

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