miércoles, 20 de octubre de 2021

Otegi


 

Los de Casado están sufriendo un ataque de perlesía: las recientes declaraciones de Arnaldo Otegi les han sumido en el estupor. Es lo que suele ocurrir a niveles geoestratégicos cuando los halcones de un lugar desaparecen: sus adversarios, los halcones de enfrente, corren el peligro de dejar de comer caliente. El Partido Popular que no tuvo argumentos viables para combatir a la banda terrorista de ETA, tampoco –por lo que se ve--  cuenta con argumentos para la paz. No los tuvo Aznar, ni Rajoy, menos los tiene este barbilindo de Casado. Nada tiene que celebrar el PP. Por dos razones: primera, fracasó su estrategia política en el País Vaco; segunda, bajo el gobierno de dicho partido no se produjo el ´adiós a las armas´. Lo que vendría a demostrar la mezquindad de su grupo dirigente. Por eso, cualquier elemento de sosiego es un potente adversario de esta canibalesca oposición.

 

Otegi ha tenido que hacer mangas y capirotes para encontrar una posición de síntesis entre las diversas almas de su beaterio. Pero, no me cabe la menor duda, de que esa síntesis --que llega tarde y podría ser consecuencia de la derrota histórica que ha sufrido el independentismo abertzale-- es un elemento positivo, a pesar de sus lagunas y ausencias.

La derrota: haber pensado –y mantenido durante lustros— que  podían derrotar al Estado, a través de la violencia con innumerables asesinatos; haber puesto las herramientas al servicio de la independencia en este mundo de la globalización interdependiente.

Las limitaciones: el uso de la metáfora como argumento elíptico para evitar el nombre de la bicha, esto es, la condena.  «Nunca tenía que haberse producido», tiene la pinta de ser el eufemismo para no tener que decir que aquello no tuvo razón de ser. Es el eufemismo como (limitada) síntesis. Un pasito adelante, cierto. Todavía les falta mucho que añadir: la condena firme, sin tapujos de un larguísimo y trágico proceso.

En estos momentos me quema la garganta, porque me acuerdo de mi amigo José Luis López Lacalle, (en la foto de arriba) padre fundador de Comisiones Obreras, asesinado por la banda terrorista.

Así las cosas, me pregunto: estos sucesos qué reflexión le merecen al independentismo catalán.   

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