El
Cercle d´Economia, una institución poco dada al
tremendismo, ha emitido una declaración que pone los pelos de punta: Cataluña
corre el peligro de entrar en «la decadencia y la irrelevancia». Este ha sido
–lo saben los lectores de Metiendo bulla-- una de las formulaciones más recurrentes de
este blog. Por supuesto, no nos alegramos de ello. El Cercle no ha tenido en
esta ocasión pelos en la lengua, ni ha echado mano de eufemismos; es más, ha
amonestado al presidente de la Generalitat Aragonès García. En otras palabras, ha dejado
las viejas cautelas de antaño y ha decidido hablar, aunque tarde, con absoluta
claridad.
Nuestro
matiz, sin embargo, con tan importante declaración es el siguiente: tiempo ha
que Cataluña entró en esa decadencia e irrelevancia; tiempo ha que Cataluña dejó
de ser punto de referencia cultural dentro y fuera de España. Es más, podríamos
establecer un correlato entre el procés
y la evolución de esa marcha hacia la decadencia. Puigdemont, el hombre de Waterloo y Torra, el aventurero de la
política, han sido los chamarileros de
ese itinerario confuso y demoledor.
No
parece que Aragonés García tenga el suficiente cuajo para corregir esa
tendencia. Para muestra un botón: su socio preferencial para los Presupuestos
de la Generalitat sigue siendo la CUP –una minoritaria y extraña formación que se disfraza de
anticapitalista para no infundir excesivas sospechas-- en vez de negociar las cuentas públicas con
el primer grupo parlamentario.
Para
mí que el aviso del Cercle d´Economía le ha entrado al independentismo por
un oído y le ha salido por el otro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario