sábado, 15 de junio de 2019

Rivera, la derecha con desodorante


Con el paso del tiempo Ciudadanos se ha convertido en el gran camelo de la política española. Su primer espada, Albert Rivera, ha pasado de ser una persona madura a «un adolescente caprichoso», según ha afirmado Francesc de Carreras, principal ideólogo del grupo fundacional del partido y mentor del primer Rivera. No sería descabellado que lo uno (el camelo) y lo otro (adolescente caprichoso) formasen un todo inseparable.

Cs apareció en tromba, como las viejas tabernas en Santa Fe, capital de la Vega de Granada. Cuando aparecía un bar nuevo durante unos días estaba atestado de gente. Curiosos que iban a ver la calidad del morapio y de las tapas. Pasados esos días los parroquianos abandonaban la nueva taberna y volvían a los grandes bares santaferinos «de toda la vida». Retornaban al Bar Chiquilín, La Gloria  y el Bar Rosas, calidad garantizada. Cs va camino de ello.

Ciudadanos nace con la propuesta de un barniz socialdemócrata, aunque siempre fue trabajoso encontrarlo. Era solo una peca. Más tarde renace y afirma que su genoma es liberal. Progresivamente el partido fue dejando el plumaje de la nueva política para actuar de manera tan senil como cualquier otro partido del teatro nacional. Las confusas señas de identidad fueron desapareciendo, tales como la regeneración, la reforma de la política y otras chucherías del espíritu. Y, a la par de ese abandono, Ciudadanos se hizo cada vez más inútil. Por ejemplo, en el año 2017 los de Rivera ganan las elecciones en Cataluña con un sorprendente e inédito resultado. Ciudadanos empieza a convertirse en el «gran camelo», porque no supo qué hacer con tales resultados. Su joven estrella, Inés Arrimadas, es un espejismo: torpeza a granel.

Hubo comentaristas que, en su día, hablaron del fin del bipartidismo, y añadieron que las fuerzas emergentes que lo habían roto –entre ellas Ciudadanos—eran las exponentes de la nueva política. De donde intentaron hacernos creer que el fin del bipartidismo sería protagonizado por la nueva política.

No es el caso de los de Rivera. Giro a la derecha. Competición con el Partido Popular a ver quién le da al timón más grados a estribor. Amores a hurtadillas con Vox. Es el gran camelo. Como aquella taberna santaferina, que era un auténtico camelo.  O si lo preferís, «Rivera es ya la ultraderecha con desodorante», según un inspiradísimo Paco Rodríguez de Lecea, Rector Magnífico de la Universidad de Parapanda.

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