viernes, 28 de junio de 2019

El independentismo: la única religión verdadera




«Cuando la política se convierte en religión, la discrepancia se convierte en blasfemia». Es una frase de aquel Kissinger de triste memoria, que ha recordado el letrado Melero, un defensor heterodoxo de varios dirigentes independentistas en el juicio que se ha celebrado recientemente. Kissinger  sabía de qué estaba hablando, pues convirtió el vino de la política exterior norteamericana en el agua de una religión. Melero, a su vez, ha podido darse cuenta de los contenidos teológicos del independentismo, como la única religión verdadera, a pesar de las protestas de los Testigos de Jehová.

1.-- Ahora bien, como toda religión verdadera, el independentismo tiene sus heterodoxias de mayor o menor enjundia. La cuestión es, con todo, que la amplitud de tales heterodoxias ha llegado a un punto que: primero, los conflictos entre clanes han llegado a tales  extremos que amenazan la estabilidad de la razón teologal antes compartida; segundo, el deshilachamiento de las relaciones entre las diversas cofradías. Ahora, se ha trasladado a que la única religión verdadera es la del independentismo   particular del grupo A frente y contra al del grupo B. Para entendernos: en un rincón de la sacristía está Esquerra Republicana de Catalunya  y en el resto de los recovecos las diferentes confesiones del gen post convergente. Cada grupo con su Sumo Pontífice, sus ritos y sus costaleros. Más todavía, las terminales locales de cada cofradía se pasan por la cruz de los leotardos las orientaciones que, en forma de bulas, se envían para aplicar la política de alianzas municipales. El califato de Waterloo no ha podido impedir la aparición de taifatos municipales.

2.--  Y comoquiera que se acerca el 11 de Setiembre, significativos cardenales de las diversas creencias han diseñado que tan significativa efemérides debe celebrarse bajo el signo de la «unitat estratégica». Esto es, que todo el cuerpo místico tenga una sóla fe, una sola espada frente y contra España. Unidad estratégica, pues, frente a los que pactan heterodoxamente; unidad estratégica contra  quienes, desde la cárcel, piden que se facilite la investidura de Pedro Sánchez; unidad estratégica frente y contra los que defienden que la hipotenusa al cuadrado es igual a la suma de los cuadrados de los catetos en un triángulo rectángulo. 



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