domingo, 21 de octubre de 2018

Albert Rivera insumiso


Francamente, yo pensaba que era un bulo, un fake que dicen ahora los que exhiben una mano de pintura de modernez. Sin embargo, es tan verdad como cierto es el teorema de Euclides: los números primos son infinitos. Ya digo, me pareció un bulo cuando lo vi en ese patio de vecindones que son las llamadas redes sociales. El Periódico acredita que, en efecto, el doctorando Albert Rivera se negó a pasar el control de seguridad del aeropuerto de Barcelona. Abajo tienen ustedes la referencia.

No sólo se niega sino que, además, provoca un sonado altercado entre sus guardaespaldas y la policía del aeropuerto. Este caballerete parece considerar que sólo y solamente los que tienen la piel oscura, visten chilaba, lucen rastas en la cabeza, miran de reojo u otras extravagancias han de pasar por el aro de la norma. Albert Rivera o la ley del embudo.  Un dirigente político que se pasa la norma por la cruz de los pantalones. Me imagino qué hubiera pasado si un coletudo Pablo Iglesias, siempre a medio afeitar,  hubiera hecho lo mismo.  Rivera habría sacado todo el arsenal de las invectivas de la España cañí. 



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