lunes, 25 de noviembre de 2013

LOS SINDICATOS, LA CUMBRE SOCIAL Y RUBALCABA

Recuerdo a los amigos, conocidos y saludados que, en cierta ocasión –concretamente en puertas de unas elecciones autonómicas en Cataluña--   Artur Mas firmó ante notario que no pactará con el PP si gana las elecciones. De sobra saben ustedes en qué quedó aquella promesa. De ahí que podamos llegar a una conclusión (todo lo provisional que se quiera) de que una cosa es la «razón electoral» y otra, bien distinta, es el cumplimiento, incluso ante un notario, de la palabra dada. Y no les hablo de la nula relación entre razón electoral y la palabra dada en el Partido Popular. Mariano Termidor y sus parciales saben de ello lo suficiente –y nosotros también--  para no abundar en la materia. Viene a cuento esta introducción para resaltar la promesa, hecha por Rubalcaba, de que si gana las próximas elecciones generales pondrá patas arriba la agresiva legislación del PP en materias tan sensibles como la reforma laboral, de educación y todo lo atinente a las libertades.

Quede claro: ni se me ha pasado por las mientes que todos los mentados sean iguales. Eso es tan falso como los viejos duros sevillanos, esto es, aquellas monedas de cinco pesetas de antañazo. Dicho lo cual, como elemento pedagógico, no puedo dejar en la cuneta que a mis años he visto muchas distorsiones entre la palabra dada y la razón electoral, muchos pelillos a la mar tras el cambio de la tortilla gubernamental. Por ello, sin relación alguna con la desconfianza, aunque sí con la cautela, me atrevería a plantear al PSOE algunas  amables consideraciones. Son las que vienen de seguida.

¿No sería pertinente que Rubalcaba hiciera llegar a los sindicatos y al conjunto de movimientos sociales –pongamos que hablo de la Cumbre Social--   un documento oficial sellando tan solemne compromiso? ¿No sería oportuno que, además, se indicaran las líneas maestras de en qué dirección irían las novaciones legislativas tras la derogación de toda la deforestación que ha puesto en marcha Mariano Termidor y los suyos? Por otra parte, comoquiera que no tenemos garantías de que Rubalcaba  liderará la alternativa en las próximas elecciones generales (ni un servidor es quién para decir quién debe serlo), parece conveniente que esa palabra dada por el primer dirigente del PSOE sea patrimonio de toda la organización. De aquí que la solemnidad del documento requerido deba ser no sólo personal sino «de partido».

Naturalmente, mientras tanto, habrá que seguir insistiendo en la famosa observación de William Shakespeare: «fuertes razones hacen fuertes acciones». Esta será la mejor garantía para frenar ahora todo lo posible el gran desmán del Partido Popular. Y mañana una aproximación al cumplimiento de Rubalcaba frente a los poderes intimidantes, y de esa manera desmentir tajantemente a otro inglés famoso,  Alexander Pope,  que escribió aquello de «los tontos se meten en sitios en que los ángeles titubean antes de pisar».

Repito: no es desconfianza. Es una llamada de atención a que lo prometido no puede ser un pronto para cargar mediáticamente, buscando a la desesperada un titular llamativo, contra Mariano Termidor y los suyos. Lo que propongo porque sería una descortesía si a alguna organización se le ocurriera descabelladamente pedir lo mismo.

      

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