martes, 27 de agosto de 2019

O investidura o vuelve la derecha apostólica



Sería una temeridad caballuna que la próxima investidura resultará fallida. Digamos con claridad que las fuerzas políticas han perdido el miedo a la nueva convocatoria de elecciones. Por lo que es de cajón que o hay investidura o se convocan nuevas elecciones. Tertium non datur.

Decimos que sería una temeridad que no salga un gobierno en la próxima investidura. Voces, todavía susurrantes, hablan de que estamos en puertas de una recesión. Tomamos nota, no sin antes recordar el famoso dicho de un pre renacentista, el cordobés Juan de Mena: «no los agüeros, los hechos sigamos». Seguir sin gobierno sería asaz contraproducente. Hay demasiados problemas domésticos que están pendientes.

Tampoco el panorama europeo es bonancible: el brexit está comprtando un éxodo masivo de empresas británicas a Holanda y una feroz competencia entre Irlanda, Francia y Alemania para atraer a las compañías inglesas; se desploma la confianza empresarial alemana por el futuro de la economía; la confrontación de Trumpp contra todo el mundo están convulsionando las tripas de los mercados y su influencia en España podría ser más dañina si no se cuenta con un gobierno.  En definitiva, la situación no está para juegos florales.

Pedro y Pablo se mantienen en sus tercas trece. Numancia es el símbolo de la política española. Con lo que cabe la hipótesis de que el fantasma de la convocatoria de elecciones se haga realidad. Así que puede pasar cualquier cosa. Incluso que las derechas de diverso y común pelaje ganen las elecciones. «¡Ay de mi Alhama!», cantarán Anás y Caifás- Ahora bien --¡oído cocina!--  los hipotéticos ganadores ya no son los mismos que perdieron las anteriores elecciones: Casado no es Rajoy, Rivera se ha ido despeñando vertiginosamente hacia posiciones ultras y Vox volverá, al margen de los resultados que obtenga, a acumular más poder y presencia. En resumidas cuentas, no se volverá a los tiempos del hombre de Pontevedra. Estimo que esta consideración no está en la cabeza de los consejeros áulicos de Pedro y Pablo. A saber, la posibilidad de que este desencuentro en las izquierdas acabe con un gobierno apostólicamente ultra. Por lo que pregunto: ¿de qué nos sirve que, después de las elecciones, se tiren los platos a la cabeza los unos a los otros pidiendo explicaciones? Conclusión: cornudos y apaleados y encima pagando la bebida.

Oiga, ¿ha leído usted el artículo de Lluis Rabell en su blog de culto? Se titula El coraje de ceder. Se distribuye en el siguiente kiosko: https://lluisrabell.com/2019/08/25/el-coraje-de-ceder/?fbclid=IwAR17D7uiTBWWaS4tIxM_5vhzKCgzNEJMUTtZ_gjJyo2gVocZXLUKumN-h-Y

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