jueves, 29 de agosto de 2019

Cataluña:, ni brújula ni carta de navegación



«Era póker e íbamos de farol», así habló en su día, tras probar en sus propias carnes el fracaso de aquel 1 de Octubre, la consellera Clara Ponsati.  O lo que es lo mismo: la desautorización más radical del fracaso del independentismo vino de sus propias filas. Nadie ha superado la contundencia conceptual y plástica de aquella expresión, que convierte en un juego de cartas lo que realmente fue: un quilombo. Iban de farol, es decir, a ver qué pasaba. El diseño de unos niños litri que quisieron jugar una partidita de cartas frente al Estado. Confundieron al Leviatán con una japuta.

Frase memorable la de esta Ponseti, como memorable es el artículo de Carod Rovira publicado hoy mismo en El Punt Diari donde no deja títere soberanista con cabeza. En su opinión, «falto de dirección política el barco independentista sigue perdido en medio del mar, sin brújula ni carta de navegación ni nadie en el timón». Palabras lúcidas que, es una hipótesis, tienen un objetivo. Carod les está diciendo: yo soy quien puede sacaros del escollo. Porque, los jugadores de cartas novicios no suelen ser  expertos marineros.

Pues bien, ese Quim Torra –a pesar de todos  los pesares--  sigue insistiendo en que «lo volverían a hacer». Ignora este caballerete que los tahúres del Llobregat no le llegan a la suela de los zapatos a los del Mississipi. Y para colmo la más reciente perla de las jaculatorias independentistas mientras se elaboran los Presupuestos de la Generalitat. Habla un tal Albert Batet (diputado post convergente): «No queremos unos presupuestos que nos hagan renunciar a la independencia».  Ignoramos si estas declaraciones las hizo antes de comer y en la sobremesa.

Lo mismito que dejó sentado Dante Alighieri en el canto sexto del Purgatorio. Cambien «Italia» por «Cataluña» y verán las características del burdel.  Vale la pena revisitar al Dante, aunque sea todavía Agosto. 

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