martes, 2 de abril de 2019

El sindicalismo, en el diálogo de las Jornadas entre catalanes y andaluces




Primer tranco

Este fin de semana se celebrarán en Barcelona las segundas jornadas de diálogo entre Cataluña y Andalucía. O, por mejor decir, entre una serie de personas que tienen interés en debatir toda una serie de problemas que afectan a España desde el prisma de catalanes y andaluces. La primera ronda se celebró en Sevilla. Antes y ahora dichos encuentros tienen una paternidad reconocida, los profesores Javier Aristu y Javier Tébar. Sevillano el primero, barcelonés el segundo. Los objetivos de tales conversaciones están expuestos en esta declaración de intenciones https://lopezbulla.blogspot.com/2019/03/blog-post.html?fbclid=IwAR3vYRrQNsIyEc49pyNUSuFGnvOsrVpdv_2f2YAbfdtJOXizMyBQpxZi5zU

Sonroja que ningún partido político haya tenido una idea similar. Ha tenido que ser la pareja Aristu – Tébar quienes cayeran en la cuenta de la necesidad de dialogar sobre ese particular en estos tiempos de la cólera política. En este caso entre el dicho y el hecho no ha habido trecho: se pusieron manos a la obra y en un santiamén consiguieron importantes adhesiones del mundo académico, periodístico y sindical. Gentes con ánimo de contaminarse de ideas y propuestas. La sociedad civil activa tiene esas palpitaciones que, por lo general, no abundan en la arena política; de un  mundillo político que parece tener más a gala la invectiva que la argumentación con punto de vista fundamentado.

Lluvia fina es lo que, a mi entender, se pretende con estos coloquios. Lluvia fina de regadío. No el irredento pedregal en que se está convirtiendo la acción política irasciblemente partidaria. La lluvia fina de quienes quieren escucharse a través de una participación que se pretende activa e inteligente. Lluvia fina que propone soluciones imperfectas para unos presentes imperfectos.

Segundo tranco

Son unas jornadas que rehúyen la visión aldeana, de campanario. Que piensan en los grandes escenarios de la globalización y la interdependencia. En primer lugar, el actualmente borrascoso escenario europeo. Dos sindicalistas –Javier Pacheco y Joan Carles Gallego--  llaman la atención sobre la arena europea: «Sin entender Europa como una comunidad político-institucional y económica, social y cultural, difícilmente podemos abordar el debate territorial en el estado. Las viejas fronteras hace tiempo que han dejado de ser muros conceptuales infranqueables, ahora nos toca construir nuevas propuestas a los viejos conflictos territoriales, y también sociales, que anidan en nuestro país». Bien dicho. Se diría que, desde ese universo del sindicalismo confederal, no hay miedo a lo nuevo. 

Tercer tranco

Los dos sindicalistas catalanes han ligado en su artículo los problemas españoles con la realidad europea. Es una fuerte sugerencia al sindicalismo y a la política de nuestro país. Es como si dijeran que al declive de las viejas instituciones nacionales no se ha correspondido con nuevas y sólidas instituciones europeas. De ahí que haya una ligazón patológica  entre el moderno etno-populismo y el neo-nacionalismo, así en Europa como en España, sea causa y efecto de las crisis europeas. Con lo que, desde esa mirada –desde la mirada de Pacheco y Gallego--  haya indicios de que el sindicalismo catalán y el andaluz pueden aportar en estas jornadas nuevas sugerencias al sindicalismo español y  –si se tercia--  al europeo. A condición de que vaya acompañado con unos instrumentos que le hagan ser «sindicato europeo» en esencia, presencia y potencia.

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