martes, 24 de octubre de 2017

Cataluña: aquella huelga «de país» en su obscura confusión



Hay que aclarar las cosas. Y pronto. Porque podría estar  en juego la autonomía e independencia del sindicato con relación al ejercicio del conflicto. El asunto, pues, no es irrelevante.

Tras la rechazable intervención de las fuerzas de Orden Público durante el día 1 de Octubre, la Taula per la Democràcia (sindicatos, organizaciones empresariales de las pymes y entidades soberanistas) convocaron lo que se dio en llamar una aturada de país. O, para entendernos, paros y huelgas como respuesta a aquella intervención policial. Algunos arrugamos la nariz al no entender el extraño unitarismo de aquella convocatoria donde, juntos y revueltos, andaban las organizaciones empresariales (pymes, hemos dicho) y los sindicatos. Hubo quien la calificó de huelga subvencionada. Aunque habrá que añadir que dicha subvención no afectaba al sector privado.

¿Por qué subvencionada? Porque el Departament d´Economia, que rige Oriol Junqueras,  dejó sentado que no descontaría de la nóminas el día de huelga. Lo que no afectaba a la empresa privada. Así las cosas, se producía una división de las consecuencias del conflicto entre quienes no se verían afectados y quienes verían que se les descontaba el día de huelga.

Ayer, sin embargo, desde el mismísimo Departament d´Economia se informaba que el día de huelga sería descontado a los funcionarios de la Generalitat. Oh, cielos: de la huelga subvencionada se pasa, en menos que canta un gallo, a meterle la tijera a los huelguistas. Eso sí, comoquiera que Junqueras ha reiterado ad nauseam que «som bona gent», el descuento será en cómodos plazos.

Naturalmente, tras ese gesto caritativo de la escatología independentista, los sindicatos reaccionan airadamente: la convocatoria se decidió en el Govern catalá sin consultarnos previamente. Lo que provoca la respuesta de los masoveros de Junqueras: «No todo lo que se aprueba en el govern se publica en el Diari Oficial de la Generalitat». Que es cosa sabida por los mortales, aunque recientemente ha sido descubierta por algunos.

Es lo que tiene ese extraño constructo de «huelgas patrióticas» que, en esta ocasión, se ha caracterizado porque alguien disfraza el lock out de noviembre para no infundir sospechas. Que alguien desde la Torre del Homenaje convoca, pero el pueblo llano pone los efectivos. Y finalmente se produce el castizo «si te he visto, no me acuerdo». En resumidas cuentas, aquella   huelga «de país» en su obscura confusión.


Post scriptum. El sábado pasado Helios López Roig me regaló un libro muy sugerente según él: En pos del Milenio (Editorial Pepitas de Calabaza) de Norman Cohn. En su amable dedicatoria puede leerse «aquí tienes algunas pistas de lo que nos está pasando ahora». Veremos, me digo para mis adentros. HLR tiene buen olfato. 


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