jueves, 15 de noviembre de 2012

LOS HOMBRES DE HARRELSON CONTRA LA HUELGA GENERAL


Son los datos, y no las especulaciones politológicas, quienes nos hablan de la indistinción entre los termidorianos del gobierno central y los nacionalistas de derechas catalanes. La vieja prueba del nueve lo demuestra con la agresión al Estado de derecho y sus leyes al ejercicio constitucional de la huelga. Sus protagonistas más destacados son Mariano Rajoy y Jorge Fernández, patrones de la caverna; Artur Mas y Felip Puig, representantes de la moqueta. Veamos hasta qué punto sus comportamientos representan la degradación de los valores democráticos y el empecinamiento en el ataque sistemático al ejercicio del derecho de huelga. 

Lo del día de ayer no fue ninguna sorpresa, estaba cantado que Fernández y Puig, la caspa y la brillantina, entrarían a saco sin distingos de edad: un venerable anciano en Madrid, insumisamente sentado en la calzada, y un chavea de trece años en Tarragona chorreando sangre por la cabeza y la cara; es sorprendente la relación que existe entre furia represiva y la persona agredida: más saña conforme la persona es más desvalida. Los responsables: los hombres de Harrelson y los de un resucitado Josep Dencàs. Desentrañemos los elementos comunes de entrambos comportamientos.

La falsedad de la cuantificación de la huelga, la ridícula cantidad que ofrecieron de los participantes en las oceánicas manifestaciones y el paroxismo agresivo –ilegal, además, por cuanto los de la porra blindada siempre estuvieron sin su correspondiente placa de identificación--  contra los manifestantes. Todo ello viene a confirmar la indistinta idea (la misma de Rajoy y Mas) de que la política es cosa exclusiva de los profesionales para ser ejercida (sólo y solamente) en las instituciones.  Fuera de esos ámbitos, que cada vez se van estrechando más, la gente debe ser un conjunto de borregos cantando Me gusta cómo bala la ovejita.    Ellos y sólo ellos son los únicos cabrones (de momento, en la acepción de machos cabríos) que deben guiar el rebaño.

Quien ha expresado esta idea con nitidez ha sido el presidente de la CEOE: “dejemos que los cauces del malestar se expresen por vías democráticas, a través de los representantes en el Parlamento”. O lo que es lo mismo: el ejercicio constitucional del derecho de huelga está fuera del Estado de derecho. No se trata sólo de una idea inquietante; es algo subversivo; no es que envíe el ejercicio de la huelga al extrarradio sino que la elimina del cartapacio del Estado de derecho.

Tenemos un problema democrático en nuestro país, y son los gobiernos del Partido popular y del nacionalismo de derechas catalán quienes lo crean. Tenemos una cuestión democrática, y es el primer dirigente empresarial quien lo teoriza.

Ahora bien, afortunadamente existe una sociedad que no se deja amilanar. La huelga –calificada en portada por El Periódico  como “muy general”— ha tenido unas   proporciones enormes; las manifestaciones (no sólo las de las grandes capitales sino también en los pueblos) han sido masivas y, aunque el seguimiento de la huelga en los pequeños comercios fue desigual, es un dato cierto que este sector se va incorporando gradualmente al conflicto social: esta es otra novedad.

Así pues, esta es la partida de ajedrez: de un lado, el intento de demediar el Estado de derecho y sus institutos jurídicos; de otro lado, una parte considerable de la sociedad –organizada de manera estable o puntualmente--  que defiende las libertades.  Es el choque antiguo entre el termidorismo y la libertad; el termidorismo que usa y abusa de la servidumbre voluntaria y el ejercicio consciente de la libertad. En resumidas cuentas, ¡hay mimbres!

En efecto, hay mimbres en Europa. Lo nuevo de esta acción ha sido la movilización en el viejo continente. Una gran acción de europeísmo social, que contesta el monopolio de la política de los partidos tradicionales. Pero ya tendremos ocasión de hablar de estas cuestiones.  Vale.


Radio Parapanda. NADA ES REAL, LA REALIDAD LA CONSTRUYE EL MEDIO.


  


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