En Euskadi existe una cuestión sindical sin
resolver, y es al sindicalismo vasco a quien corresponde enhebrar las bases de
un proyecto de unidad de acción entre, de un lado, Comisiones Obreras y Ugt y,
de otro, el sindicalismo nacionalista.
Nunca he tenido el menor sectarismo ni
desconsideración, por ejemplo, con ELA. Un ejemplo: recuerdo que en el Congreso
de la CSIL de
julio de 1985, en Roma, al que asistimos Nicolás Redondo y un servidor en representación
de nuestras organizaciones, también estaba invitada la ELA. Nicolás me invitó a elevar
una protesta a la dirección del Congreso porque estaba allí ELA. Amable y
respetuosamente me negué a secundar la propuesta del viejo amigo y gran
sindicalista Nicolás Redondo.
A lo que íbamos: en Euskadi hay un problema
sindical. Me ha chocado, por ejemplo, que ELA no haya secundado la convocatoria
de huelga general del 14 de Noviembre. Esta acción estaba convocada por la Confederación
Europea de Sindicatos de la que ELA es miembro fundador. Esta
característica, una eurohuelga, le daba a la convocatoria un tono especial. Digamos que un tono que
va más allá de la tradicional aspereza entre una y otra parte del sindicalismo vasco.
Lo chocante de esta organización sindical es su conducta autárquica precisamente cuando
los contenidos de la movilización eran (y siguen siendo) trasnacionales y, más
concretamente, europeos. Los expresa
perfectamente Joannis
Van der Meer: Yo veo igual de dramático que en el País Vasco no hayan convocado
a la huelga general los sindicatos nacionalistas, especialmente ELA-STV. Hoy
mismo he estado repasando las web de diversas instancias sociales europeas y me
encuentro con que el sitio web de ELA (http://www.ela-sindikatua.org/es)
no dice ni una palabra sobre la huelga del 14N. ¡Ni una palabra! ¡Y se llaman
sindicato! Creo que hoy es imposible plantear una estrategia de defensa nítida
y eficaz de los intereses de los trabajadores sin romper esa estrategia
nacionalista, sin saltar las fronteras y banderas y hablar de nuevo de ¡los
parias de la tierra” (y la tierra no es vasca ni catalana ni española) *
Que ELA no se sienta española (cosa en la que no
entro ni salgo) no justifica su abstencionismo el día 14, toda vez que lo que
se ventilaba era un problemón europeo. ELA, así las cosas, ha preferido exhibir
también ese día, una actitud parroquiana.
Lo que, en fondo y forma, le ha llevado a aislarse de las
reivindicaciones y el conflicto de los sindicatos y los trabajadores europeos. Sancta simplicitas!
1 comentario:
Pero es democracia. El pueblo trabajador vasco le sigue dando la mayoría. ¿Quién tiene entonces un problema con quién?
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