Pedro Sánchez está en las antípodas de aquel Cayo Flaminio, cónsul romano que se las tuvo que
ver con Aníbal. Pedro Sánchez se arriesga; Flaminio practicó sistemáticamente la
cunctatio, es decir, la no
intervención, la demora, el hecho de pensar que es mejor que las cosas se
arreglen con el tiempo por sí solas. Cayo Flaminio, salvando todas las
distancias, podría ser el referente de aquel Mariano
Rajoy, que dejó el país con todos los armarios pendientes de solución.
Ahora,
en plena polvareda de la cuestión del indulto a los políticos presos catalanes,
la Moncloa y la Generalitat dan los primeros pasos hacia el diálogo. El
triángulo escaleno de las pintorescas derechas españolas organiza el quilombo
de Colón—2, siguiendo el apotegma de las
derechas de Waterloo con su «Ho tornarem a
fer». Un inciso: según parece el nacionalismo –de cualquier cepa-- está afectado por la filoxera de la división
y la bronca. Casado y Vox vuelven a tirarse los platos a la cabeza, dejando que Arrimadas ni siquiera sirva para molestar. Cierro
el inciso.
Las
derechas españolas (y algunas estantiguas, que en los ochenta del siglo pasado
lucieron progresía) van a remolque de la situación. Es más, están desubicados
del espacio—tiempo en el que viven. Y, por ello, carecen de cualquier propuesta
para resolver los problemas. Solo contemplan la cunctatio de Mariano Rajoy. Es decir, si error grave es su
tabernaria oposición, más caballuno es su falta de proyecto.
Las
derechas han quedado para retrasar los proyectos de progreso. Casado no está
capacitado para otra cosa. Waterloo, su
hermanastro, tampoco.
Blogosfera
Joaquín Almunia / Manuela
Carmena en https://elpais.com/opinion/2021-06-01/necesidad-y-utilidad-social-del-indulto.html.
´Utilidad social del indulto´.
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