jueves, 21 de enero de 2021

El consejero murciano, un aprovechategui


 

El escándalo de Murcia ha colmado el vaso de la obscenidad política. El consejero de Sanidad (del Partido Popular) y algunos de sus allegados, aprovechando que el Segura riega la huerta, se vacuna contra el covid sin respetar los debidos protocolos. No es el único aprovechategui de esta historia. Casi todos los partidos tienen un garbanzo negro que ha hecho tres cuartos de lo mismo. El consejero de Sanidad tuvo finalmente que dimitir; se lo exigía Ciudadanos, que se mantuvo firme hasta el final. Lo celebramos, aunque echamos de menos que la firmeza murciana de este partido no tenga su igual en otras comunidades de mayor peso político. Con todo, el aprovechategui ha sido despedido por el presidente de la Región con todos los honores. Los de Casado son ansí.  

1.--- Tengo para mí que la España de las Autonomías se ha convertido en algo así como el Corral de la Pacheca: caos, confusión, barullo. Vamos al grano: ¿Tiene sentido que cada comunidad autónoma tenga su propio protocolo de vacunación? Tendría sentido si el virus fuera un sujeto lo suficientemente respetuoso con los artificios de las leyes y se atuviera a las pejiguerías de las baronías, merinazgos y encomenderos. Pero no consta que sea así. El virus, amoralmente, va a la suya.  

Sostengo que un protocolo único de vacunación es más eficaz que diecisiete ocurrencias protocolarias. Es más eficaz porque el combate contra el virus es más ordenado. Y, además, ese protocolo único es más equitativo, porque todos los colectivos en todo el territorio español tienen asegurada la igualdad de tratamiento.

2.--- Sólo la estupidez política se confronta con este planteamiento que nos parece cartesiano. Más todavía, la autonomía de campanario es el desorden sanitario, el caos administrativo y –por encima de todo ello--  una fábrica de construir argucias a mayor gloria de los reyezuelos de Taifa.

Sólo nos falta la reedición del cantón de Cartagena, que en aquellos viejos tiempos declaró la guerra a una ´potencia extranjera´, o sea: a Alicante.

 

Post scriptum.---  «Lo primero es antes», recordaba en la plaza de Chinchón don Venancio Sacristán.

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