lunes, 16 de noviembre de 2015

«No podemos aceptar las condiciones de la CUP»




Hoy en Renault de Valladolid.

El conseller de Economia i Coneixement, Andreu Mas-Colell, ha manifestado que "de la CUP podemos aceptar dos votos para la investidura de Artur Mas como presidente, pero no sus condiciones" (1). Nótese que este artículo a la revista digital Ara está fechado el 15 de noviembre pasado.

Las referencias que teníamos de la incomodidad de este Conseller –sin duda el de mayor nombradía en el escenario mundial por sus importantes actividades científicas en el campo de las Matemáticas y la Economía--  podían ser interpretadas como especulaciones o suposiciones de determinados cronistas o meras habladurías. Mas-Colell ha preferido dejar clara su opinión a través de un artículo, y no de unas declaraciones; de esta manera nuestro hombre evitaba que el esforzado periodista pusiera algo de su propia cosecha. 

Ocurre, no obstante, que ese «no poder aceptar las condiciones de la CUP», que dice el famoso conseller, es posterior al hecho de que el President ya las había hecho suyas de manera desparpajada. Y también es posterior al hecho de las nuevas ofertas en la segunda sesión de investura, que cosechó otra negativa –rotunda, aunque tranquila— de la familia cupera. ¿Se trata de un desliz de un sabio despistado? No, padre. Es una declaración en toda la regla de profundo desacuerdo desde la postura de este conceller al proceso independentista, al menos formalmente. Lo que en todo caso no evitará una acusación de no ser pata negra  del dicho proceso, porque tradicionalmente (en todas las cofradías políticas) se exige la fe del carbonero o, por lo menos, lavar la ropa sucia dentro de la hermandad. Y si hay goteras en la casa soberanista es recomendable llamar a un albañil de toda la confianza. Cosa que no ha hecho el famoso conseller, cuya espingarda ha avisado a la comunidad internacional del peligro que conlleva la actitud del presidente de pactar –gratis, además--  con el enemigo de clase, la CUP. Todo un cogotazo a la diplomacia de becarios de la Generalitat de Catalunya.

Una CUP que ahora es acusada por el bueno de Quico Homs, primero de la lista convergente –disfrazada ahora de Democràcia i Llibertat, para infundir menos sospechas en las próximas elecciones generales--  de «suspender políticamente la resolución de independencia, no el Tribunal Constitucional» (2). Lo que sin duda ha provocado un herpes zoster en los parciales de Antonio Baños.  Pero tampoco es descartable la siguiente hipótesis: el inefable Homs puede haber encontrado la excusa para, situado el responsable de la suspensión de la famosa «resolución» en la CUP, para volver a la conexión y –sacando pecho--  decir que hasta aquí hemos llegado, hemos hecho todo lo posible, pero esta muchachada de los anticapitalistas nos han dejado tirados en la cuneta. Un argumento para que Pécuchet pueda negociar con Bouvard (3).

Me permito un consejo al president de la Generalitat, completamente gratis y, por lo tanto, sin iva: lea usted el libro Ética i educación per a governants. Su autor fue un sabio persa, Abdalah ibn Almuqaffa, de tiempos antiguos  que ha traducido Margarida Castells Criballés al catalán más bello que yo he leído en mi vida.
  


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