El referéndum que se ha celebrado en Nissan ha dado el siguiente resultado: el setenta por ciento de los trabajadores ha votado a favor del acuerdo que habían suscrito Ugt y Uso, lo que obviamente equivale a un insuceso de Comisiones Obreras. Comoquiera que no tengo los datos necesarios para establecer una opinión con fundamento dejaré de lado una valoración concreta del comportamiento de las fuerzas sindicales, de todas ellas, en este áspero contencioso. No tengo, por otra parte, motivos para una equidistancia entre unas y otras, repito: simplemente no tengo datos. Y, por otra parte, no acostumbro a dar razón a ciegas ni siquiera a los míos. No obstante, me permito una serie de reflexiones genéricas al respecto.
En este tipo de referéndums la hegemonía no está en los sindicatos sino en la dirección de las empresas. Es lo que también está ocurriendo en Fiat, Italia, aunque el caso de Nissan –quede rotundamente claro-- no es comparable. Lo que relaciona ambas situaciones es precisamente que el centro de gravedad está fuera de los sindicatos, aunque algunos de ellos, por ejemplo en Nissan, hayan pactado con con la contraparte. Digamos, pues, que el vínculo entre las dos situaciones es que se produce un referéndum donde se vacía su propio significado, ya que rechaza, dado el chantaje empresarial, con un visible prejuicio, uno de sus posibles resultados. En otras palabras, en estos casos, las empresas dirigen estas “guerras entre pobres”. Por otra parte, otra de las características es que, incluso los firmantes, siguen con el alma en vilo porque no saben cómo se comportará la empresa tras lo acordado. Lo que equivale a: la eficiencia económica del pacto sigue en entredicho. Cosa que ya ha sucedido en anteriores ocasiones en la mismísima Nissan, que siempre hizo de los acuerdos de su capa un sayo. Lo que, en el fondo, significa hasta qué punto el poder económico se está redistribuyendo en el mundo global, esto es, quién lo ejerce y quién lo controla.
2 comentarios:
Apreciado maestro, cuanta sabiduría y experiencia encerradas en este pequeño post. Nos sentimos completamente identificados con lo que dice y con lo que calla. Pero ya no se trata de que el centro de gravedad no esté en los sindicatos en este tipo de referendums, es que ni está en las propias elecciones sindicales. En nuestra empresa, que celebramos elecciones la semana que viene el centro de gravedad está tan lejos de nosotros que da pavor. La pequeña hegemonía constituida con tanto esfuerzo personal, el sueño de crear un obrero colectivo quedará malmetido en esa guerra de siglas que los empresarios saben dirigir con tanto acierto. En nuestro caso también es una guerra de pobres, donde vamos a perder los que más nos hemos arriesgado y los que menos hemos renunciado a los valores constitutivos del sindicalismo de clase. Es desalentador comprobar este castigo de Sísifo, donde la piedra llamada poder del empresario no para de hacerse cada día más grande y cada día más pesada. Saludos cordiales y ánimo para soportar el pacto social que parece tenemos en ciernes.
Paco López. SOT-UGT.
Querido Paco, como sabes, hace tiempo que considero una pérdida de tiempo mantener los comités. He dado muchas razones al respecto y no es cosa de volverlas a repetir en este breve comengtario. Yo también te saludo esperanzadamente. JL
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