domingo, 19 de diciembre de 2021

Tras el desastre del procés, las guerritas puntuales


 

La derrota del procés ha cambiado el paisaje político catalán: ha dividido rotundamente al independentismo, ha incrementado la pugna entre sus dos partidos mayoritarios (Esquerra republicana y los llamados Junts, que no lo están tanto), y –cosa realmente estrambótica--  ha dejado a Carles Puigdemont «solo, fané y descangayado», ni siquiera reivindicado por los que se dijeron suyos. Derrota, pues, en toda regla, especialmente por sus consecuencias. Empezaron con las apariencias de pavo real y   han acabado como el gallo de Morón.

Con todo, lo más contundente de dicha derrota ha sido el tránsito de reivindicar la independencia y la república catalana a movimientos de exigencia que encajan en el más puro autonomismo. (La manifestación de ayer domingo en Barcelona en defensa de la lengua y escuela catalana puede ser inscrita en el más tradicional autonomismo).

En concreto, de una exigencia de ruptura con el  Estado se ha pasado a movilizaciones  puntuales de signo no rupturista. Será, no obstante, otro proceso de permanentes guerritas puntuales en confrontación, no tanto con Madrit sino con los tribunales de justicia. Y así, probablemente, estaremos per in saecula saeculorum. Sólo un resultado electoral que consiga una mayoría amplísima anti independentista podrá ir gradualmente cambiando la relación de fuerzas. Pero siempre, lamentablemente, quedará un humus que intentará seguir jodiendo la marrana.

No hay comentarios: