viernes, 24 de diciembre de 2021

Se abren nuevos horizontes.


 

Cierto, ayer fue un «día histórico» para el mundo de la economía y de las relaciones laborales. Lo afirmamos sin cortapisa, a pesar de que el término histórico ha sido con excesiva frecuencia magreado por los romanos y cartagineses sin  ningún tipo de pudor. Hasta tal punto se ha sobado que doña Clío tiene que estar hasta el refajo de tanto abuso.

De entrada diremos que es la única reforma laboral digna de ese término, «reforma», tan prostituido desde antañazo. Histórico por sus contenidos, histórico por las utilidades y elementos que propone.

Está en la palestra la eficiencia y utilidad del sindicalismo confederal; sí, de ese sujeto que cada dos por tres los enterradores subvencionados afirman que está pasado de moda, oxidado. Está la importante novedad de que un gobierno –en este caso, coalición de izquierdas--  ha cumplido religiosamente con la palabra dada; los pesimistas diplomados tendrán que revisar sus miradas, siempre desconfiadas. Importante, además, porque la patronal ha ejercido plenamente su autonomía y ha desoído la tremenda presión que le venía desde las filas de las cavernas y tabernas políticas.

Ha triunfado también el estilo de la negociación que ha llevado a un consenso, ejemplo no irrelevante de cómo intervenir en las cosas públicas frente al alboroto de ventorrillo que protagonizan la derecha extrema y la extrema derecha. Ahora se entiende la visceralidad de la portavoz ultra, de cuyo nombre no me da la gana acordarme, arremetiendo carajilleramente contra Yolanda Díaz con el aparente pretexto de la visa de la ministra al Papa Francisco. La portavoz sabía que el acuerdo estaba al caer, las gestiones para que la patronal hiciera una espantá fracasaron, por lo tanto había que empezar a elevar la gestión de la toxicidad contra la ministra ´bolchevique´. Retórica de bocona.

Una inquietud me trae de cabeza: ¿sabrá el sindicalismo explicar esta victoria y sacar provecho en afiliación? Lo que sí sé es que, al menos, Yolanda y Pedro Sánchez explicarán el acuerdo un día sí y el otro también. Y harán bien. En todo caso, el sindicalismo tiene que ensalzarlo por sus contenidos y por la indiciación que sugiere para una Carta de Derechos de los trabajadores de este siglo.

Los contenidos, ¿dice usted? De momento puede estudiar el artículo de Joan Coscubiela en https://www.eldiario.es/opinión/zona- critica/reforma-laboral-gran-oportunidad_129_8608242.html  Y las que vendrán en breve de Antonio Baylos y demás prestigiosos iuslaboralistas.

Felices Pascuas y prósperos nuevos horizontes.  

 

No hay comentarios: