jueves, 14 de mayo de 2015

Sobre el pacto salarial CEOE - Sindicatos

No han pasado ni veinticuatro horas de la firma del acuerdo salarial cuando la patronal empieza a relativizar y a desdecirse de lo firmado. «No es un acuerdo, se trata sólo de recomendaciones» tanto en lo atinente a la cláusula de revisión salarial como en la prolongación de los convenios (ultractividad). Nos preguntamos si Joan Rosell firma con la mano derecha lo que está empeñado en negar con la izquierda; nos preguntamos si este caballero tiene representatividad en las estructuras empresariales o bien ocupa un cargo, que no un liderazgo, por imperativo estatutario; nos preguntamos si las estructuras empresariales son tales o un tropel de corpúsculos cantonalistas; nos preguntamos si CEOE tiene un proyecto que no sea el de cada cual a lo suyo.  Así las cosas, es harto difícil que las relaciones industriales y  laborales puedan tener solvencia en vez de ir, como desde hace tiempo, a salto de mata.

Joan Rosell es formalmente un dirigente empresarial que carece de autoridad. O, rebajando el planteamiento, que no tiene la autoridad suficiente para transformar los taifatos en una organización diga de ese nombre. Rosell, cada vez que firma un acuerdo o una serie de recomendaciones, necesita recordar a sus agremiados que él es un tipo duro. Ahora ha vuelto a las andadas. Ayer mismo, Paco Rodríguez de Lecea –un antiguo sindicalista bregado en mil convenios--   nos recordaba en http://vamosapollas.blogspot.com.es/2015/05/privatizar-los-servicios-publicos.html la querencia del primer espada de la patronal hacia las privatizaciones a machamartillo tras la firma del acuerdo salarial. Que, halando en plata, son cinco duros de ideología que va a contrapié de lo que sucede en la vida real. Como, por ejemplo, el caso de las prótesis caducadas.

La santa Biblia de la información –es decir, La Vanguardia--  nos informa del caso de   la empresa de Reus, Traiber: unos tres mil pacientes podrían llevar en Cataluña una prótesis caducada de cadera o rodilla. Lo repito para quienes tienen el vicio pijo de leer en diagonal: tres mil prótesis caducadas. No es una denuncia de una octavilla de tres al cuarto; es La Vanguardia, a quien se le atribuye esta característica: lo que no se publica en ella, no existe.

Ciertamente, no estamos afirmando que Rosell esté interesado en inundar el país con prótesis caducadas. Estamos simplemente recordando sus propias palabras: «Tenemos las dos grandes partidas de gasto, que son la Sanidad y la Educación, que seguro que si estuviesen gestionadas por empresarios, con criterios empresariales, yo creo que podríamos sacar mucho más rendimiento y podríamos hacer cosas de mucha mejor manera  ¿Negará alguien que Traiber ha gestionado el asunto sin «criterios empresariales»?

Pero volvamos al asunto central. Siempre se dijo que los pactos o acuerdos –pacta sunt servanda--  eran extremadamente útiles para evitar una conflictividad que fuera innecesaria. Tras las palabras de los dirigentes empresariales, reconstruyendo el pacto salarial, emergerá la litigiosidad para que las llamadas recomendaciones no sean un cuento chino sino algo a cumplir a carta cabal.



No hay comentarios: