miércoles, 5 de febrero de 2014

LA PARADÓJICA SINGULARIDAD DE LA HUELGA DE TV3 Y CATALUNYA RÀDIO



Los profesores Antonio Baylos y Jaime Cabeza están sosteniendo una conversación que, hasta la presente, cuenta con tres entradas muy sugerentes: DEBATES SOBRE LA HUELGA (I), DEBATES SOBRE LA HUELGA (II) HABLA JAIME CABEZA y DEBATES SOBRE LA HUELGA (III) EL MODELO REGULACIONISTA - ESTATAL


No hace falta decir que se trata de una conversación seria y, dando por sentado su rigor académico, aseguro que puede ser de una gran utilidad para sindicalistas, estudiosos y, si se tercia, nuestros políticos pueden sacar, también, útiles enseñanzas. Pues bien, aprovechando la ocasión me traigo a la colada unas observaciones en torno a la huelga de estos días en la radio y televisión catalanas. Se trata de un conflicto que, al igual que en anteriores ocasiones, está siendo seguido masivamente por las plantillas. Sin embargo, tanto la televisión como la radio siguen emitiendo con programas enlatados: películas (no programadas) y reportajes emitidos tiempo ha. El espectador sabe que hay un conflicto, porque las emisiones están acompañadas de una leyenda que declara: «El comité de empresa informa que …». Pero el caso es que los «brazos están caídos», como se decía en mis tiempos, mientras las máquinas siguen emitiendo. Lo que significa que la huelga en estos medios tiene esa (paradójica) singularidad bien diferente a la de los sectores industriales, donde si los brazos están caídos no funcionan las máquinas. Sobre ello he escrito en otras ocasiones, por lo que no es conveniente repetirse. Dejemos, sin embargo, constancia de que existe la mencionada singularidad.

Es una diferencia que, en todo caso, merecería más atención que la prestada hasta ahora por el sindicalismo confederal y por los sujetos convocantes del conflicto en estos medios de comunicación. Por ejemplo, sacar conclusiones de que la innovación tecnológica –tras golletazo que inició la huelga general del 14 de diciembre más famoso de la historia del sindicalismo español--  puede abrir oportunidades para ejercer el conflicto social y, a la vez, interferir poderosamente la resonancia del conflicto. Esta interferencia –se hace la huelga, pero el medio sigue emitiendo— se concreta en un conflicto demediado, que raya en el oxímoron.  

En esa tesitura ¿no sería una buena idea que los usuarios (telespectadores y oyentes) se incorporaran al conflicto absteniéndose de sintonizar dichos medios cuando sus empleados están ejerciendo del derecho de huelga? Más todavía, parece obligado entrar a calzón quitado en esta discusión. Por ejemplo, ¿sería conveniente que hubiera una disposición que fijara que, cuando se ejerce el conflicto en los mencionados medios, estuviera sólo una foto fija y no se emitiera absolutamente nada?

Llamada de socorro a la juventud iuslaboralista –pongamos que hablo de la cofradía de Baylos y Aparicio, Paco Trillo y Eduardo Rojo, Perez Rey y Sanguineti, Luis Collado y María José Romero Rodenas-- ¿no sería conveniente que se pensara en cómo enhebrar una dogmática jurídica capaz de sobrepasar la «singularidad» de la huelga en tales sectores?  Ciertamente, la palabra la tiene el sindicato: Hic Rhodus, hic salta. A mis ochenta años no doy para más.


     

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