martes, 8 de marzo de 2016

Podemos y la contradicción principal




Tengo la impresión de que Podemos está en el linde del agotamiento de sus excusas. O tal vez de sus simulaciones. 

Como es sabido, mientras los relojes blandos de Dalí siguen con su monótono tic tac, se ha entrado en otra fase de cara a una más que lejana investidura de quien sea. Así es que ni el músculo duerme ni la imaginación descansa, decía un inspirado Carlos Gardel. Con lo que otro inspirado, Errejón, convoca con buen tino a lo que se ha dado en llamar fuerzas del cambio para verse, todos juntos, en torno a una misma mesa. PSOE, Izquierda Unida, Podemos y sus confluencias periféricas. Se trata de hacer otro esfuerzo más para ver la posibilidad de encontrar un qué y un quién. Me dije para mis adentros: Sea.

Mi expectativa duró un nanosegundo. La respuesta de los socialistas no fue la más conveniente: “Iremos acompañados de Ciudadanos”. Fue una contestación poco constructiva a una invitación que, con toda probabilidad, esperaba esta respuesta. Resultado, Podemos replicó que de eso nada. Nada de nada.  Mientras tanto los relojes blandos que no entienden de estos juegos de pizpirigañas siguen, como señalaba Lucho Gatica, marcando las horas. Y lo hacen ahora sin que exista oficialmente un candidato de investidura tras el insuceso de Pedro Sánchez.

Ciertamente, la respuesta del PSOE es poco convencional. Si usted está invitado a una merienda no puede presentarse con la carabina. Ahora bien, ni los tiempos están para convencionalismos ni, principalmente, Podemos es un partido convencional. Con lo que Pablo Iglesias el Joven podría haber reaccionado así: “Por supuesto, querido”. Y dicha respuesta habría sido celebrada, al menos, por Carlos Jiménez Villarejo y sus (no pocas) amistades. Al fin y al cabo, ¿quién teme a una carabina?

Si tal hubiera hecho Podemos habría dado una aproximada pista de que sus intenciones de jugar a fondo en lo atinente a la investidura son sinceras, estableciendo, así las cosas, una concordancia entre lo que afirma (querer un gobierno reformista) y los ladrillos que deben ponerse a tal efecto. El mensaje que habría enviado Iglesias hubiera sido este: ponemos en primer plano la contradicción principal, a saber, impedir que gobierne el hombre que fue de Pontevedra.

Comoquiera que percibo indicios de que no hay relación entre las palabras y los hechos soy de este parecer (provisional, por supuesto): Iglesias y sus parciales más directos no están interesados en un gobierno de izquierdas, a menos que no sean la fuerza determinante para ello. Más todavía, aunque mucho se ha hablado de que Podemos es una fuerza política de nuevo estilo –y en buena medida lo es--  todavía tiene, de un lado, un sesgo pre político y, de otro lado, las limitaciones de su reciente pasado movimientista. Lo uno y lo otro condicionan, como es natural, la personalidad de Podemos. Es como si fuera un centauro: una mitad de su carácter quiere hacer política; la otra mitad, sigue siendo reacia a ello y gozar de las aparentes bondades del movimientismo. Conclusión, a Podemos le es por el momento menos comprometido mantenerse en su condición de centauro que en dar el salto definitivo a la política de nueva planta.


Ahora bien, mientras no resuelva definitivamente qué parte del centauro quiere ser –si la cabeza del hombre o el anca del caballo--  menos útil será a sus representados y menos reformas y cambios podrá conseguir. En suma, deben de ponerse de acuerdo el médico y el veterinario, que en mis tiempos se llamaba albéitar. 



2 comentarios:

Manel dijo...

Jose Luis puedo compartir algunas de tus opiiones pero discrepo en que rechazan un gobierno de Izquierdas . El que seguro que no lo quiere es el PSOE y sus baronessa nuevos y antiguos.Aliarse con C,S una fuerza claramente de derechas es un hecho. Y sobre Jiménez Villarejo "no coment" ni entendi su fervor podemita ni ahora su rechazo.

Pilar Saborido dijo...

Estoy de acuerdo. Algunas veces no lo estoy, otras en parte sí y en parte no, en esta ocasión estoy totalmente de acuerdo. Si no se facilitan las cosas, estas no salen. Las discrepancias con Ciudadanos deben concretarse analizando lo que proponen en concreto en el programa conjunto con el PSOE, en una mesa cara a cara. Por ejemplo, yo he escuchado y leído que proponen un plan de choque contra el paro y en sacar parte de los dineros para ello,
de un impuesto especial a las grandes fortunas, esto es de izquierda ?