Cada vez que se habla de la moderna
esclavitud hay quien arruga la nariz en señal de asombro y desconfianza. ¿Cómo
es posible? Eso es cosa de los sindicatos que siempre están dando la tabarra,
parecen decir. Sin embargo, ahí está. No sólo en tierras lejanas sino aquí, en
nuestro patio, en la mismísima Cataluña. ¿Han leído ustedes el amplio reportaje
de El País de hoy: Talleres de la mafia china de Cataluña
cosieron ropa de las grandes cadenas? Ya lo ven, no es una maledicencia de
los sindicatos para incordiar, es la verdad judicial de una dramática historia
que viene del 16 de junio de 2009 en la ciudad de Mataró.
Ese día los Mossos d´ Esquadra registraron 71 locales de
confección de ropa regentados por chinos. Encontraron un cuantioso número de
etiquetas identificativas, lo que demuestra que no pirateaban los productos
sino que trabajaban para grandes firmas comerciales, tales como El Corte Inglés, Zara, Inditex y otras no menos
acreditadas. En total, unas 633 marcas españolas. El mecanismo es el siguiente:
las marcas españolas contratan a proveedores nacionales quienes subcontratan a
intermediarios chinos y estos distribuyen los pedidos a los talleres
clandestinos.
La verdad jurídica acredita lo
siguiente: «se trabaja de lunes a domingo, sin festivos, durante quince (15)
horas al día … dormían en sótanos cuatro
horas, comían sólo espaguetis y arroz, no tenían ventanas ni higiene». Ganan 25
euros al día. Un total de medio millón
de personas en toda Cataluña, la gran mayoría de ellos en situación irregular. Todo
ello delante de nuestras pacatas narices. Como en los tiempos de Dickens.
¿Entienden ustedes por qué
siempre desconfié de esas baratijas de la responsabilidad social de la empresa
que se inventaron para no infundir sospechas? Tales grandes compañías con la
mano diestra firman esos protocolos mientras que con la siniestra negocian con
las mafias, de allende y aquende los mares, para la sobreexplotación de
centenares de miles de personas. Son unas empresas que –imitando la gramática
de la gangpolítica-- han afirmado que
«no nos consta» que eso sea, también, cosa de ellas.
Oigan: que no es un infundio de
esos incordiantes sindicalistas. Véanlo en http://economia.elpais.com/economia/2015/12/11/actualidad/1449866439_022916.html Que no recuerdo que haya sido referido en las
campañas electorales pasadas o presentes. Vaya, vaya…
No hay comentarios:
Publicar un comentario