jueves, 21 de marzo de 2013

EL 50 ANIVERSARIO DE CC.OO.


El año que viene se celebrará el cincuenta aniversario de Comisiones Obreras de Cataluña y, con toda seguridad, también en muchos lugares de España. En 1964 se constituyen formalmente las primeras estructuras, más o menos, informales que llamábamos coordinadoras en algunos sitios y en otros inter ramas. Pero la lucha venía de muy atrás y las primeras comisiones obreras (así, en minúscula), también. 

Nosotros hemos cultivado el «mito fundacional» de Comisiones Obreras situándolo en una mina asturiana, La Camocha, en enero de 1957. ¿Tiene sentido esta ab urbe condita? Claro que sí. Trataré de explicarme.

Hay abundante literatura historiográfica (en castellano y catalán, en inglés e italiano) que explican las luchas de los trabajadores españoles durante los años cuarenta y cincuenta del siglo pasado, sus formas de lucha y de coordinación de aquellas huelgas y movilizaciones. Todas ellas hablan, desde mediados de los cincuenta, de la emergencia de un nuevo movimiento obrero que, en cierta medida, se «ha refundado». En aquellas acciones colectivas hay ya experiencias muy sofisticadas en Cataluña y Madrid, en Euzkadi y Sevilla que anticipan lo que, más tarde (a partir del 64) será el código genético de Comisiones Obreras. La pregunta es, pues: ¿qué representa La Camocha? El reputado historiador Rubén Vega ha escrito abundamente sobre el particular y a ello me remito. El «mito fundacional» de La Camocha es el punto de inflexión entre la protohistoria de Comisiones Obreras y la nueva fase que anuncia La Camocha para el nuevo movimiento obrero. Es, al igual que Mozart, la condensación más acabada del periodo anterior y el heraldo de lo nuevo.

Fue una huelga larga decidida públicamente, esto es, no clandestina, apoyada masivamente por la ciudadanía asturiana, acompañada por amplias manifestaciones de masas. Su dirección es unitaria, su líder más popular es Casimiro Bayón, padre fundador del nuevo movimiento obrero español. Este es el mito no mito de La Camocha. De él se ha hablado largo y tendido: de su honestidad y combatividad, pero no se ha dicho lo que acompaña a esas dos virtudes, su sabiduría. Casimiro Bayón o el Mozart del movimiento obrero.

Y del «mito fundacional» (que no es mito) pasamos al cincuenta aniversario. Doctores tiene la iglesia para trazar el programa de los necesarios festejos. Por mi parte, me limitaré a hacer una sugerencia. Tal vez, una manera acorde con aquellos primeros andares de Comisiones Obreras sea la apertura de un debate sobre qué debe entenderse por esa «refundación del sindicato» que ha apuntado enfáticamente Ignacio Fernández Toxo.

Y mientras tanto les dejo, en homenaje a Bayón, lo que se dice en    Metiendo bulla: REVISITANDO LOS ORIGENES DE COMISIONES ...

1 comentario:

Anónimo dijo...

Buenas tardes señor López Bulla. Soy estudiante de Master de Historia, alumno del doctor Andreu Mayayo y me gustaria poder comunicarme con usted de forma más privada. ¿Me puede pasar algun correo para que me ponga en contacto con usted de manera privada?