sábado, 6 de agosto de 2011

SOCIALISTAS CATALANES POR LOS CERROS DE ÜBEDA






El PSC, en escena, no entre bambalinas es un artículo que ha publicado en El Periódico una nutrida representación del Gotha socialista catalán, concretamente la que la prensa califica, para ahorrarse otras honduras, como el sector obiolista. Comoquiera que conozco a Raimon Obiols desde hace muchos años y sé de su talla intelectual, me dispuse a leer pausadamente el trabajo: en una mano el abanico y en la otra el mosquitero. Pronto se me fue poniendo la cara del rojo al amarillo, vale decir, del interés a la estupefacción. Una parte de lo más granado del socialismo catalán se iba ora por los Cerros de Úbeda, ora por las cumbres del Canigó.


Este viejo entrometido esperaba algo así como pistas o indicios para saber qué decían estas personalidades sobre la situación de crisis, los desmanes del gobierno nacionalista contra el sector público y otros asuntos que afectan al común de los mortales; aguardaba una (por somera que fuese) primera explicación de por qué esa familia ha perdido estrepitosamente tanta representación política así en la Tierra de los municipios como en el Cielo del gobierno autonómico; esperaba observaciones sobre la relación entre política y economía; aguardaba, en definitiva, una serie de reflexiones de interés, capaces de orientarle a Lázaro de qué manera debe levantarse. A la pregunta de “si quieres arroz, Catalina”, los abajofirmantes han decidido llamarse Andana. Así las cosas, tras un incipit, orientado a picar la curiosidad, el texto del documento versa sobre la importancia de llamarse Ernesto en el Parlamento español: a la necesidad de que los socialistas catalanes tengan un grupo parlamentario propio en las Cortes españolas.


No es que un servidor quiera frivolizar dicha reivindicación, sobre la que no tengo el más mínimo interés. Pero no dejo de llevarme las manos a la cabeza. Que, en estos tiempos borrascosos, se ponga el acento en una cuestión que sólo (y solamente) afecta a unos cuantos centenares de personas en Catalunya no deja de ser chocante. Más todavía, afirmar que de esa manera político-técnica se está en la escena y no entre bambalinas, entiendo que es una (mido las palabras contenidamente) una hipérbole que no cuadra con el carácter templado de Raimon Obiols. O, peor todavía: una chipercolia.






Ahora bien, con las cautelas del caso, me atrevo a insinuar: esa manera de irse por unos u otros cerros, ¿no será algo tan elemental como ignorar de qué manera decirle a Lázaro que ande?



Radio Parapanda. Como antítesis, lean lo que se dice en
Seminario sindical en Bogotá (Colombia). Un esforzado Isdor Boix lo aclarará.




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