domingo, 19 de junio de 2022

Vox y Junts


Cuando el asfalto de las calles se disfraza de diciembre para atenuar los efectos  de esta calores saharianas; cuando la economía global puede conducirnos a una situación crítica; cuando la cesta de la compra araña nuestros bolsillos; cuando los incendios hacen su agosto ahora en Cataluña y otros lugares, un tal Sebastià Vergès, diputado por Junts –Junts no se sabe para qué--  aprieta sus esfínteres mentales y critica muy ásperamente la intervención del Ejército en la extinción de los incendios, del Ejército de «este Estado que nos expolia». Vergès, ingeniero de caminos. Donde se demuestra que resolver ecuaciones abelianas es compatible con estar ido de la cabeza. Sin embargo, habrá que intuir que si el incendio estuviera en puertas de la casa de este baladrón,  él mismo llamaría a todos los Ejércitos (empezando por el de España) incluido el Ejército de Salvación. Creo que no se trata de doble moral, sino de faltarle una gran ferretería en la cabeza. Hasta el mismísimo don Carlos Castilla del Pino (en la foto) tendría dificultades en curar a este pollo pera. Con todo, la reflexión es la siguiente: ¿cómo es posible que un personaje de estas hechuras haya llegado a ser diputado de Junts, de Junts no se sabe para qué? En parte --y muy caricaturescamente--  podemos decir que el fracaso del procés es debido a personajes de este calibre.

Disparates caballunos los dicen la mayoría de las fuerzas políticas. Pero esos disparates adquieren la cima en dos fuerzas políticas, aparentemente antagónicas: Vox y Junts, Junts no se sabe para qué. La diferencia es que los ultras carpetovetónicos elevan a categoría política las deposiciones mentales del lumpenariado, que no es lo mismo que el lumpen—proletariado, mientras que Junts es el último estertor de una idea y unos mimbres que tienen una fecha, ya escrita, de caducidad.

Ojo, pues, con Vox. Porque está estableciendo una conexión sentimental con ciertos estratos de la sociedad, muchos delos cuales viven en nuestro mismo bloque de pisos. Vox quiere ser una inmensa agrupación de agraviados. Olvídense de antecedentes históricos, que nos sirven a medias. Vea, observen y estudien ese fenómeno. Lo de Vergès, empero, es un caso a resolver por la medicina pública.

P/S.--  Dispensen que haya estado tanto tiempo haciendo rabona: tuve un accidente muy aparatoso que me ha dejado el brazo izquierdo casi inútil. Ya me estoy  recuperando.         

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