domingo, 18 de enero de 2015

A VIDA O MUERTE EN IZQUIERDA UNIDA




La lucha interna entre los dirigentes madrileños de Izquierda Unida –pregunto: ¿sólo ellos?— da toda la sensación de ser «a vida o muerte», no hay término medio.  Se percibe que estos testarudos dirigentes se orientan más al incremento de la contienda que a la aproximación de encontrar una salida; a mostrar la inutilidad colectiva que a un acercamiento de las posturas. De manera que están escribiendo algo así como el Manual de la autodestrucción

La primera conclusión es que nadie quiere acabar con la reyerta. La segunda es: así las cosas, IU podría tener los días contados porque si el conflicto es sólo “madrileño”, Madrid no es poca cosa; y si no es exclusivamente madrileño el problema es ingobernable. Cosa, huelga decirlo, saben perfectamente los capuletos y los montescos.  Por lo demás –visto el asunto desde fuera-- sorprende que no haya autoridad ni auctoritas que pueda apaciguar el gigantesco follón, ni tendencialmente apaciguarlo. Sólo hay una coincidencia en ambas banderías: «¡Más maera!», que acompaña a la legendaria práctica del «A mí, Sabino, que los arrollo».


En todo caso, una cosa es clara: nadie de los contendientes ha dado razones claras –razones de fondo, se entiende--  de los contenidos del conflicto. Y lo más sorprendente de todo ello es que nadie se siente obligado a decir por qué pasa lo que está sucediendo.  En resumidas cuentas, la Izquierda Unida madrileña, a queriendas y sabiendas, parece inclinarse hacia aquel monstruo de Goya simbolizado en los garrotazos de aquellos lugareños.       

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