jueves, 24 de enero de 2013

TRANSFORMISMO POLÍTICO


Paco Rodríguez de Lecea añade un comentario a lo ya dicho en  HUNDIMIENTOS Y GIROS (2)   

Caro maestro,

Releo lo que dejó escrito Antonio Gramsci sobre la ‘revolución pasiva’. En la prosa telegráfica y alusiva propia de los Quaderni, comenta cómo el conservador Cavour desvía hacia sus propios fines el proyecto revolucionario de Mazzini, hasta el punto de que Vittorio Emmanuele, con su estilo cuartelero –dice Gramsci– de ‘sargento mayor’, se exclama jubiloso: «¡Me he metido a Mazzini en el bolsillo!» Gramsci relaciona la ‘revolución pasiva’ en este texto con la guerra de posición (Cavour, dice, era un experto en ese tipo de guerra, mientras que Mazzini sólo entendía la guerra de movimiento); de forma más amplia y política, con un proceso de ‘revolución-restauración’, y en un comentario incidental con la categoría del transformismo, que Dario Danti ha preferido designar con el nombre más científico y por tanto menos peyorativo de ‘mutación genética’.

Dejo en el aire ese debate. Pero encuentro una reflexión paralela, y creo que muy valiosa, en el libro de Vittorio Foa  que me prestaste hace un par de meses y que voy leyendo con esfuerzo y provecho. Foa, oh casualidad, relaciona la svolta del post-Risorgimento con la reconstrucción política de Italia en 1945. Después añade lo siguiente (la traducción es mía): «Quiero detenerme un momento para señalar la mutación en el tiempo de las mismas categorías analíticas de “continuidad” y “ruptura”. Pienso en cómo cambian los juicios con el paso del tiempo. Lo que primero se presenta como ruptura, después se revela como continuidad. La dimensión temporal podría ser el fundamento de la heterogénesis de los fines de Gian Battista Vico, según la cual los proyectos no se realizan  del modo esperado o deseado, pero sí se realizan en definitiva, aunque de forma distinta.»
[...]
«Surgen entonces dos preguntas: ¿por qué fracasan los proyectos? ¿Y cómo es que, en cambio, se realizan de una forma diferente, por ejemplo en el caso específico del postfascismo? ¿Por qué fracasa un proyecto concreto? ¿Sólo porque no es posible prever todas las variables? Si fuera así, el perfeccionamiento y la difusión de los ordenadores resolvería los problemas de la humanidad; se trata de una tesis muy extendida en la cultura tecnológica, y siempre desmentida por los hechos. Puede ser que, cuando proyectamos, consigamos en cierta medida calcular el cambio de los otros, pero no calculemos lo suficiente el cambio en nosotros mismos. Puede ser que el fracaso del proyecto se deba a una sobrecarga debida a nuestro modo de ver a los otros, por no legitimarlos en medida suficiente, por un exceso de iluminismo. No se me ocurren respuestas, sino más preguntas aún. ¿Por qué se proyecta si nunca va a haber una realización, por lo menos del modo como deseábamos? Y luego, ¿ha habido un proyecto de la Resistencia? ¿O más bien hablamos de él pensando en nuestro proyecto? Y este último, ¿era sólo un instrumento para conseguir un fin, o era más bien otra cosa, por ejemplo un instrumento para realizarnos a nosotros mismos, para hacer sentir nuestra presencia en la historia? Debemos distinguir entre historiografía y política: el proyecto como simplificación de una realidad compleja es necesario en la política, pero no tiene lugar en lo que atañe a la comprensión histórica.» Vittorio Foa, Il Cavallo e la Torre. Riflessioni su una vita. Torino, Einaudi 1991, pp. 161-62.

Pido disculpas por la extensión de la cita. Entiendo que no sólo es útil en la polémica abierta por Fausto sobre la svolta  de 1991 (curiosamente, el mismo año de publicación del libro), sino sobre nuestra transición democrática y, más allá, sobre nuestras propias expectativas actuales de salida de la crisis.

Tuyo en la Idea, Paco



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