domingo, 17 de abril de 2022

Los puntos sobre las íes: Galdós y Bauman


 

Primer tranco

 

Entendimos en su día qué nos quería decir Zygmnut Bauman cuando insistió en su formulación de «sociedad líquida». Sería desconsiderado para el lector explicar dicho concepto, así es que lo damos por sabido por nuestros amigos, conocidos y saludados. A partir del primer libro del sociólogo polaco—británico un buen número escritores usaron y abusaron de lo líquido.

 

Segundo tranco

 

Leo a don Benito Pérez Galdós. La caverna impidió con escritos y manifestaciones que el autor canario recibiera el Premio Nobel de Literatura. «Ciego yo, tuerto tú» afirma uno de los refranes más surrealistas de las tierras de secano.

Ahora estoy con La desheredada. Según don Leopoldo Alas, Clarín, es la novela más cervantina de don Benito. Y según todos los críticos es la primera novela realista española. Galdós químicamente puro; a quien no perdonan las cacoquimias derechas patrias. Pues bien, en la página 170 (Alianza Editorial, 1967) el autor nos dice que un personaje de la novela tiene «principios líquidos»: o sea, los que tienen una maravillosa adaptación a cualquier recipiente. Vive Dios que conocemos a unos cuantos salidos del arroyo o de presunta alta cuna.

 

Tercer tranco

Desde luego  los principios líquidos galdosianos no son exactamente lo mismo que la propuesta de Bauman, pero si entiendo que de dichos principios se camina tout court hacia la sociedad líquida.

¿Conocía el sociólogo la novela La deseheredada? No lo sabemos. Pero si no la conociera sería tan imperdonable como que Pablo Casado no hubiera abierto La cartuja de Parma.  

 

Cuarto tranco

 

Sepan ustedes que en esto de las ciencias y de las talabarterías varias hay mucho copión. Mucho descaro que a veces es inaudito. Por ejemplo, la celebérrima habanera de pan de higo que es la ópera Carmen (del desaprensivo Bizet) es una copia total de una comedia musical llamada El arreglito, del maestro Sebastián Iradier.  No he dicho plagio, ni imitación; e copia, copia integral. Véanlo y juzguen:
EL ARREGLITO. Habanera de SEBASTIÁN YRADIER  

 

Pues sí, el maestro Yradier se quedó sin la fama de Bizet, que nunca reconoció su copia-y-pega. Yradier se vengó componiendo la bellísima canción La paloma. Esa que, si viniera a tu ventana, hay que tratarla con cariño que es mi persona.

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