viernes, 30 de marzo de 2018

Ya ha empezado la campaña electoral





«El rey persa, cuando estaba de viaje llevaba consigo, para evitar el aburrimiento, un trozo de madera de tilo y un pequeño cuchillo para trabajarla. Las manos reales se empeñaban en esa labor, pues nunca llevaba consigo ni un libro ni un pensamiento, para no tener que leer nada serio e importante ni mediar sobre ningún asunto elevado y digno de consideración».   Nos lo cuenta nuestro viejo amigo Claudio Eliano (170 – 235) en sus Historias Curiosas, Libro XIV, capítulo XII. Sólo por tan potente retranca Eliano merecería ser nombrado hijo adoptivo de Santa Fe, capital de la Vega del Genil. Sépase que Santa Fe es el crisol más sofisticado de la malafoyá, que es la sublimación del sarcasmo con su correspondiente chorreón de retranca. Y para mayor abundamiento erudito, sépase que la llamada malafoyá granaína (de Granada, una ciudad que está cerca de Santa Fe), es una variante en tono menor de la santaferina.

Nuestros gobernantes imitan al rey persa de antañazo: no llevan ningún libro ni un pensamiento. En la mano, el twitter; en la cabeza, gaseosa. No obstante,  hay cuatro ministros –afortunadamente ninguno de Santa Fe--  que se han paseado por Málaga con la partitura bajo el brazo de El novio de la muerte. Se trata de una pieza, cuyos orígenes son un tanto tabernarios, pues nació en una casa de sombreros (barrets) allá en tierras del Moro. Al paso del Cristo malagueño, los cuatro jerarcas verticales la cantaron con ardor guerrero.  Visto lo cual por Bienvenido Carnesblancas, de santaferina nación, exclamó: «Ha empezado la campaña electoral». Vox populi, vox Dei.



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