El
estilo en la política es algo que merece más atención. El estilo como conjunto
de rasgos peculiares que caracterizan a una persona o, en este caso, a un grupo
político. En este caso nos referiremos a uno de los rasgos peculiares que se percibe
de Unidas Podemos en comparación con lo que exhibe
el PSOE.
Los
socialistas son fundamentalmente insistentes propagadores de las conquistas
sociales y derechos civiles que vienen de la acción del gobierno progresista de
coalición. Pedro Sánchez es contundente en ese
estilo. Es la política hecha fisicidad. En Unidas Podemos (hecha la excepción
de Yolanda Díaz) hay otros aires: más que
resaltar tales conquistas ponen el acento en lo que falta por conseguir. Es la
patológica insatisfacción, aunque posiblemente tenga como raíz la repugnancia cultural
al reformismo.
Con
lo que quienes capitalizan realmente los éxitos son los socialistas. Unidas
Podemos sólo tiene una excepción significativa: Yolanda
Díaz y su potente equipo. Son capaces de trasladar la utilidad de su
acción política al corazón de la ciudadanía; el prestigio que tiene la
ferrolana no es por su cara bonita, sino por la conexión entre propuesta—resultados—explicación
de lo conseguido.
Mientras
Unidas Podemos no yolandice (ustedes
dispensen el palabro que no volveré a repetir) su acción mediática siempre tendrá
en vilo a su electorado. Así pues, no sean ustedes chuchurríos. Imiten, por tanto, a la ilustre gallega. Sepan
explicar las reformas, que de momento –me parece a mí—constituyen un reformismo
fuerte. Pero no se pasen tampoco de rosca:
no confundan una gallina con un pavo real. Aunque este no es el peligro, que
está en no saber que de la gallina puede salir una buena pepitoria.
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