«Ponerle nombre a un gato es harto complicado,
desde luego no es un juego para los muy simplones».
desde luego no es un juego para los muy simplones».
Como muy bien sabe el lector, ese es el incípit de un
famoso poema de T.S. Eliot. Dar el nombre apropiado es algo muy importante. Si
convenimos en ello, cabe suponer que poner un nombre «a la cosa» debería ser la
conclusión de un proceso de averiguación del vínculo entre el significante y el
significado. Es tan importante la idoneidad del nombre que, precisamente por
ello, la política instalada recurre a metalenguajes para destrozar o mistificar
la relación de viejos términos porque la potencia hacia dónde apuntaban es
ahora inadmisible para los adversarios de las, según Mariano Rajoy, «ideologías
trasnochadas» (1).
Por ejemplo –y este es el motivo de este ejercicio de
redacción-- fue importante en su día que
el 8 de Marzo fuera declarado Día Internacional de la Mujer trabajadora (sic). La
propuesta partió de Clara Zetkin. Y alcanzó mayor relevancia tras el incendio
en la fábrica de camisas Triangle Shirtwaist de Nueva York en marzo de 1911 que costó la vida de 146 mujeres y
ocasionó 71 heridas. «Día internacional de la Mujer trabajadora» fue el nombre que
tradicionalmente usó la izquierda. Pero no se sabe muy bien por qué a partir de
un cierto momento se empezó a amputar lo de “trabajadora”. No sé el motivo,
pero puedo tener sospechas que, como tales, son solamente las sospechas de un
sindicalista ochentón. En todo caso, aclaro: no es un problema de ortodoxia,
sino de ortopraxis.
Pero lo que más me irrita es que, incluso en algunos manifiestos,
carteles y murales del sindicalismo, se haya eliminado lo de “trabajadora”. Antes
lo hizo la izquierda homeopática. No es irrelevante saber los motivos de esa
amputación. ¿Desconocimiento de la historia? ¿Contagio de lo que viene de
fuera? Vaya usted a saber, desde que escribir sobre el particular, Metiendo bulla: DÍA INTERNACIONAL ¿DE QUÉ?,
no he conseguido despejar esta incógnita.
Apostilla. Soy del parecer que la búsqueda de alianzas se hace desde las
señas de identidad propias, no desde su amputación, aunque cabe la posibilidad
de que un servidor esté chocheando.
Radio Parapanda. Imprescindible este reportaje: http://www.rtve.es/alacarta/videos/docufilia/docufilia-deportados-1969/2073648/ Estado de excepción 1969: Eduardo Saborido y sus compañeros.
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