De aquellos polvos de antaño vinieron los lodos de
hogaño. De aquellos dirigentes bancarios
vinieron las semillas de los actuales buitres carroñeros de nuestros días. No
hace falta explicar, por sabido, los desmanes de esta subespecie zoológica en
asuntos de tanta gravedad como lo que están haciendo con las «preferentes», los
desahucios y la auto impunidad que se atribuyen.
¿Recuerdan ustedes a José María Aguirre Gonzalo,
presidente del Banco Español del Crédito? ¿Recuerdan la entrevista que le hizo
Mariano Guindal en febrero de 1981? Pues bien, si tanto escándalo promovió, más
silencio posterior hubo para que se olvidara el eructo del dirigente
empresarial. Pero el libro de memorias de Raimon Obiols, El mínim que es pot dir, ha recuperado el fragmento más
singnificativo de la personalidad de ese
Aguirre Gonzalo. La conversación se refiere a cómo vivió el considerado «líder
natural de los banqueros» el día del golpe de Estado del 23 F .
«Aguirre.--
Aquella noche me fui a dormir temprano.
Guindal.--
¿Durmió bien?
Aguirre.— Perfecamente. Sabía que pasase lo que
pasase yo seguiría siendo presidente del Banesto.
Guindal.-- ¿Y si llega a triunfar Tejero?
Aguirre.— No tengo la más mínima duda de que me habría
reunido con él. Los banqueros gestionamos dinero que no es nuestro; por tanto,
de alguna forma, estamos prestando un servicio que está regulado por las
autoridades administrativas que haya en cada momento.
Guindal.— Pero todo el mundo está obligado a cumplir
la Constitución.
Aguirre.--
Nosotros hacemos banca, no política».
Dejémoslo ahí. No sin antes añadir: la Banca o la violencia del
poder privado. Estas declaraciones del que fuera el «líder natural de los
banqueros» se ponen a disposición de quienes están al frente de los movimientos
contra las llamadas preferentes y la lucha contra los desahucios para lo que
sea menester.
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