Los gobiernos de Grecia, Italia y España han hecho lo que les dictaban los mercados; sin embargo, los problemas siguen agravándose. Ahora, otros doce países de la Unión Europea empiezan a sentir las cosquillas de los mercados en sus propias carnes. Hablando en plata: sigue rugiendo la marabunta. Sigue la marabunta tras la celebración del encuentro del G – 20 en Cannes. Así las cosas, parece de cajón que es oportuno cambiar las preguntas. Es decir, …
… ¿por qué los mercados iban a desistir de su voracidad tras la dimisión de Papandreu y la configuración de un gobierno técnico?; y tres cuartos de lo mismo, ¿por qué los mercados iban a dar un respiro al italiano Monti? Pues bien, ¿qué nos apostamos a que la presión de los mercados continuará ad nauseam? ¿Qué nos jugamos a que Francia, en menos que canta un gallo, se verá sometida a un zafarrancho de combate? Cosas veredes…
Primera consideración: el sometimiento político de los gobiernos nacionales a la continuada agresión a los mercados no sólo no ha resuelto nada sino que ha ido agravando la situación. Segunda consideración: los gobiernos nacionales no sólo no corrigen el punto de mira sino que doblegan todavía más sus espaldas. Todo ello ha desembocado, al decir de Jacques Délors, en que “l’euro et l’Europe sont au bord du gouffre.” O del mismo Felipe González: “la UE està al borde de un abismo irreversible” . . Se trata de dos personalidades que nunca han sido vistos ni acusados de alarmistas.
Como tampoco es alarmista considerar que la economía se ha desembarazado de la política y lleva camino de la privatización descarada del poder político, disfrazado de poder técnico para no infundir sospechas. Porque, en el fondo, el gobierno técnico es una variante de la privatización del poder. Y comoquiera que, de un lado, hay fuertes intereses para que las excepciones griega e italiana se expandan por el patio de vecinos europeo, y, de otro lado, la política dimite de sus propias responsabilidades, puede llegar el caso que el gobierno técnico sea la regla y no la excepción. Lo que avisamos desde Parapanda como aviso para navegantes y excursionistas. Más todavía, tal idea puede encandilar a más de uno, basándose en la siguiente construcción de ideas: los partidos siempre van a la suya, pero los técnicos, que están al margen de unos u otros intereses, tienen unos comportamientos neutrales. Más o menos tan neutro como cualquier teorema, pongamos que hablo del referido al de la Poligonal convexa (envolvente y envuelta)
Lo que nos llevaría a la afirmación del ingeniero Taylor: dado que mis sistemas de organización del trabajo son científicos, los sindicatos nada tienen que decir al respecto. Lo que traducido al cuadro político tiene su equivalente. Sería el reino de los filósofos de Platón, perdón, el reino de los técnicos de Taylor. Así las cosas, existe un fundado riesgo de que el gobierno técnico se convierta en fuerza intelectual dominante. La política no sería uno de los tantos reflejos de la economía sino algo que sería totalmente engullida por ésta.
Ahora bien, plantear la (necesaria) regeneración de la política está alcanzando ya ciertas cotas de retórica de baratillo. Pero tengo para mí que no vendrá de la política instalada. No es cuestión de pesimismo sino de realismo basado en los datos y las cosas de la vida. Podrá venir de la política que hacen los que están alejados de ella, esto es, de la política submergida. De la gente que participa, de manera activa e inteligente, en transformar esta realidad partiendo de cómo es dicha realidad. Por supuesto, también ejerciendo todos los derechos democráticos: el más inmediato es el próximo domingo. Pero hay más, en la presión sostenida para la reforma de la política y para frenar el acelerado proceso de cooptación de ésta por la economía. Yo lo haré por Joan Coscubiela, y espero que muchos salgan del limbo manierista de votar en blanco o abstenerse garrulamente.
Quiero decir que la clave está en la gente. Fíjense en un detalle: se han retirado las firmas que se anunciaban en la pocilga del programa televisivo La Noria, presionadas por los internautas esencialmente. Sin embargo, la audiencia aumentó. ¿Se me entiende lo que quiero decir? Lo siguiente: en Italia el demagogo oligárquico ha sido substituido por un “governo tecnico”, impuesto desde fuera de la política (1). Pero el humus del demagogo oligárquico sigue vivo y coleando. Esperemos, no obstante, que no suba su audiencia como esa pocilga televisiva que se ha citado anteriormente. Es posible que ahora me explique mejor.
… ¿por qué los mercados iban a desistir de su voracidad tras la dimisión de Papandreu y la configuración de un gobierno técnico?; y tres cuartos de lo mismo, ¿por qué los mercados iban a dar un respiro al italiano Monti? Pues bien, ¿qué nos apostamos a que la presión de los mercados continuará ad nauseam? ¿Qué nos jugamos a que Francia, en menos que canta un gallo, se verá sometida a un zafarrancho de combate? Cosas veredes…
Primera consideración: el sometimiento político de los gobiernos nacionales a la continuada agresión a los mercados no sólo no ha resuelto nada sino que ha ido agravando la situación. Segunda consideración: los gobiernos nacionales no sólo no corrigen el punto de mira sino que doblegan todavía más sus espaldas. Todo ello ha desembocado, al decir de Jacques Délors, en que “l’euro et l’Europe sont au bord du gouffre.” O del mismo Felipe González: “la UE està al borde de un abismo irreversible” . . Se trata de dos personalidades que nunca han sido vistos ni acusados de alarmistas.
Como tampoco es alarmista considerar que la economía se ha desembarazado de la política y lleva camino de la privatización descarada del poder político, disfrazado de poder técnico para no infundir sospechas. Porque, en el fondo, el gobierno técnico es una variante de la privatización del poder. Y comoquiera que, de un lado, hay fuertes intereses para que las excepciones griega e italiana se expandan por el patio de vecinos europeo, y, de otro lado, la política dimite de sus propias responsabilidades, puede llegar el caso que el gobierno técnico sea la regla y no la excepción. Lo que avisamos desde Parapanda como aviso para navegantes y excursionistas. Más todavía, tal idea puede encandilar a más de uno, basándose en la siguiente construcción de ideas: los partidos siempre van a la suya, pero los técnicos, que están al margen de unos u otros intereses, tienen unos comportamientos neutrales. Más o menos tan neutro como cualquier teorema, pongamos que hablo del referido al de la Poligonal convexa (envolvente y envuelta)
Lo que nos llevaría a la afirmación del ingeniero Taylor: dado que mis sistemas de organización del trabajo son científicos, los sindicatos nada tienen que decir al respecto. Lo que traducido al cuadro político tiene su equivalente. Sería el reino de los filósofos de Platón, perdón, el reino de los técnicos de Taylor. Así las cosas, existe un fundado riesgo de que el gobierno técnico se convierta en fuerza intelectual dominante. La política no sería uno de los tantos reflejos de la economía sino algo que sería totalmente engullida por ésta.
Ahora bien, plantear la (necesaria) regeneración de la política está alcanzando ya ciertas cotas de retórica de baratillo. Pero tengo para mí que no vendrá de la política instalada. No es cuestión de pesimismo sino de realismo basado en los datos y las cosas de la vida. Podrá venir de la política que hacen los que están alejados de ella, esto es, de la política submergida. De la gente que participa, de manera activa e inteligente, en transformar esta realidad partiendo de cómo es dicha realidad. Por supuesto, también ejerciendo todos los derechos democráticos: el más inmediato es el próximo domingo. Pero hay más, en la presión sostenida para la reforma de la política y para frenar el acelerado proceso de cooptación de ésta por la economía. Yo lo haré por Joan Coscubiela, y espero que muchos salgan del limbo manierista de votar en blanco o abstenerse garrulamente.
Quiero decir que la clave está en la gente. Fíjense en un detalle: se han retirado las firmas que se anunciaban en la pocilga del programa televisivo La Noria, presionadas por los internautas esencialmente. Sin embargo, la audiencia aumentó. ¿Se me entiende lo que quiero decir? Lo siguiente: en Italia el demagogo oligárquico ha sido substituido por un “governo tecnico”, impuesto desde fuera de la política (1). Pero el humus del demagogo oligárquico sigue vivo y coleando. Esperemos, no obstante, que no suba su audiencia como esa pocilga televisiva que se ha citado anteriormente. Es posible que ahora me explique mejor.
(1) Aquí tiene información de quién es quién en el gobierno Monti: http://www.ilmanifesto.it/approfondimenti/ritratto-di-governo/
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