sábado, 4 de junio de 2016

Certeza y posibilidad en Cataluña. Al fondo, Errejón.





(Homenaje a la doctora María José Romero Rodenas, decana de la Facultad de Derecho de Albacete)


Tienen ustedes a su disposición en esta entrada un conjunto de tapas variadas –vale decir, una serie de elementos expuestos de manera voluntariamente inconexa--  que pueda servirles de diapositivas de lo que, a mi entender, pasa en Cataluña. Mientras ustedes los piensan y, si pueden los engarzan, dejaremos para otra ocasión su reconversión de tapas variadas en una comida orgánica. Claro, si estamos en condiciones para ello.

Una.--  La CUP vuelve a tener atrapada a la coalición gubernamental Junts pel Sí. Los cuperos dicen que ni por pienso aprobarán estos presupuestos de la Generalitat. Hasta tal punto es crítica la situación que Puigdemont ha entrado en liza y de manera tonante ha manifestado que el proceso soberanista está en peligro. Una cosa parece clara en toda esta batahola: la CUP quiere hacer visible que tiene la sartén catalana por el mango. Una recomendación: no se calienten ustedes los cascos acerca de si llegarán a un acuerdo o no. Ya sonará lo que sea.

Dos.--  No pocos analistas y estrategos electorales pensaron que los resultados electorales de las elecciones generales de diciembre en Cataluña, que le dieron la victoria a la coalición En Común—Podem, pensaron que aquello fue una chiripa, sin saber que este término no figura en el glosario de la politología. Cierto, causó diez arrobas de estupor en aquellos medios, pero fingieron no haberse enterado. Parecieron decirse que no existe aquello de lo que no te preocupas.

Las actuales encuestas y un cierto run-rún en las tabernas y barberías indican que En Comú—Podem podría subir tres escaños. Con lo que volvería a producirse otra victoria de dicha coalición. Las distintas almas de Junts pel Sí --un conjunto de retales dispersos de neoliberales y de izquierdistas de diversa condición, de almas de cántaro y de espíritu kumbayá— tienen el regomello en el estómago. Los dirigentes de la vieja Convergència Democrática de Catalunya y los de Esquerra están inquietos, aunque caballerosamente de momento, callan lo que tienen en la sesera, si es que tienen algo que decir. Pero, ahí está en el tablero de doña Correlación de Fuerzas, en un lugar preferente, la compleja alianza entre comuneros y podemitas.

¿Por qué ha aparecido esta novedad? Séame permitida una hipótesis arriesgada: la clara intención de voto hacia la alianza expresa que, con los soberanistas, no hay solución posible para el contencioso catalán, mientras que con En Común—Podem hay una posibilidad.

Por lo demás, esta alianza añade un elemento psicológico que, hasta la presente, ha pasado desapercibido: el tratamiento de todos los problemas, incluido el catalán, en clave no existencialista. Su referencia a la «sonrisa», que algunos han visto como cosa ñoña o incluso naïf, ha dado en la tecla. Porque le pide a la sociedad resolver los problemas no desde el sentimiento trágico de la vida sino desde la esperanza de las posibilidades. O, si se quiere, desde los sueños de las posibilidades, no desde las pesadillas. De las posibilidades con punto de vista fundamentado, naturalmente. De ello habló ayer Errejón en un perfecto catalán con unos acentos que parecían venir de las Terres de Ponent.

Apostilla.--  Con estas tapas variadas y lo que usted ponga de su parte, tal vez estaremos en condiciones de aproximarnos al cuadro. Un cuadro que naturalmente requiere unas cuantas manos de pintura.


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