sábado, 23 de enero de 2016

Podemos, el PSOE y Jorge Luis Borges o las sorpresas de ayer






Ayer fue un día de sorpresas. Fui a Barcelona y la ciudad seguía en el mismo lugar de siempre. Ni siquiera el menor desplazamiento sideral de una ciudad que, como el Aleph de Borges, encierra y archiva todos los lugares del mundo.  Fui a comer con Gaetano Sateriale y con Quim González, dos sindicalistas que –al igual que el Aleph--  tienen en su cabeza los saberes de los sindicatos del mundo entero.

Mientras aguardo en la calle Llibreters el momento de la cita me entero de que Pablo Iglesias el Joven ha puesto en circulación su oferta a Pedro Sánchez, con aproximada humildad franciscana, de un gobierno tripartito de izquierdas con él mismo (Pablo) de vicepresidente, esperando tal vez ser el Aleph de todos los vicepresidentes que en el mundo han sido.

Vuelvo a casa y, última sorpresa, Mariano Rajoy declina presentarse a la investidura. Mariano que, así las cosas, se convierte en el Aleph de todas las soledades pasadas, presentes y tal vez las venideras, ha introducido una cesura con las más antañonas tradiciones de su partido que se resumen en poner los cojones encima de la mesa.

Ahora bien, sin duda la sorpresa del día (sin despreciar las otras que son de orden menor) es el desafío que don Pablo a don Pedro, que tienen la enjundia del encuentro «a cara de perro» que se cita en los Hechos de los Apóstoles en Jerusalén entre los dos apóstoles que patrocinan a Sánchez e Iglesias, nunca referido por Jorge Luis Borges.

El gesto de Pablo viene a decir: si quieres gobierno de izquierdas, a la portuguesa, aquí estoy yo para lo que encarte, siempre que yo sea borgianamente el vicepresidente. Naturalmente, los viejos galápagos del PSOE han reaccionado a través del twitter, el Aleph  que almacena todas las banalidades y venalidades presentes: «vade retro». Por no decir que algunos nos  han dicho que «voces de muerte sonaron cerca del Guadalquivir».

Digamos en honor a la verdad que la reacción de Pedro ante la embestida pastueña de Pablo ha sido elegante. Tan elegante que parece haber sido pactada: la propuesta y la respuesta entre ambos, al menos eso me dice escribas cercanos a ambos. Y es que en el PSOE se ventila algo más que formar o no formar gobierno, si Sánchez será un líder con fecha programada de caducidad o el Aleph que contiene todas las reglas, pasadas y presentes, de la entropía.


… Y como decíamos para otra ocasión: en el mostrador de la pescadería hay banastas de japutas, que también pueden ser llamadas palometas, aunque en Santa Fe mi tía Angela Bulla (monja de las Hermanas de María) llamaba el pescaíto del nombre feo. Y yo aviesamente le decía: «Que se llama japuta, ja-pu-ta», y salía corriendo por si las moscas. 


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