lunes, 11 de abril de 2011

INDEPENDENTISMO DE NOCHE, NEOLIBERALISMO DE DÍA






Artur Mas, presidente de la Generalitat de Catalunya, fue a votar el otro día. Como saben nuestros amigos, conocidos y saludados este hombre lidera una coalición cuyo socio mayoritario es un partido nacionalista de derechas (con incrustaciones independistas) y un minúsculo partido teócrata-cristiano que, de forma inteligente, ha sido aprovechar las posibilidades legales dentro de la mentada coalición.



Pues bien, el otro día –cuando la tarde languidecía y renacen las sombras-- Artur Mas se embozó en su vieja capa, se encasquetó el sombrero calañés y por la puerta de atrás salió de palacio con dirección a la urna. Votó, como después nos fue comunicado, por la independencia de Catalunya en una de tantas consultas soberanistas. De vuelta a su despacho se despojó de tan castizas prendas y, ahíto de satisfacción, procedió a firmar las disposiciones que suponen recortes y dentelladas, mordiscos y desgarrones en los servicios públicos. Lo uno no quita lo otro.



Pero … días más tarde comunica urbe et orbi, aunque a través de persona interpuesta, que ni su persona ni su grupo parlamentario votarán favorablemente una resolución favorable a la independencia de Catalunya. Todo un ejemplo de nicodemismo político que recuerda la versatilidad de la rosa de Alejandría: colorá de noche y blanca de día. Este desparpajo, el de una política de fijapelo y brillantina, tiene un notable predicamento entre determinados sectores de las capas medias catalanas muy sensibles al revivamiento de viejas religiones, al hedonismo fácil del estupefaciente. En definitiva, a la acumulación de bienaventuranzas del nacionalismo identitario, hoy como ayer, proclive a la victoria en la derrota, repetida ad nauseam como quien fabrica el siguiente constructo: 1) Arturo fuma habitualmente, 2) ¿Arturo vota habitualmente?, 3) Arturo fuma habitualmente, 4) Ojalá Arturo fumase habitualmente. Un inciso, se sobreentiende que este Arturo fuma por la noche y se abstiene de día. O lo que es lo mismo, por la noche el humo del independentismo; por el día, la carnaza del camino de servidumbre hacia los intereses del gran parné. O, lo que parece como muy aproximado: de inclinar la cabeza ante los capitales que van y vienen desnacionalizadamente, mientras que se aprietan las tuercas al personal de la tierra. Que es el intríngulis de este putativo nacionalismo.



Por último, la prensa de hoy afirma que hay una importante manada de lobos casi en las puertas de Barcelona; lo que no se dice es que algunos están ya en plena plaza de Sant Jaume, viviendo desde hace un poco más de cien días. Ah, la censura ...






















1 comentario:

Señor G dijo...

Lo bonito del tema es que si consiguen estos un día la independencia, con tanto recorte neoliberal, no tendrán realmente estado que heredar. Se lo habrán cargado antes de heredarlo, pero tendrán una bonita marca.