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La campaña electoral catalana está conociendo un enjambre sísmico. En cierto sentido haría falta que el viejo Ovidio cantara estas novedades con la potencia con que lo hizo en aquellos viejos tiempos: «Me lleva el ánimo a decir las mutadas formas…». Pero a falta del poeta clásico tenemos el fiable sismógrafo del ingeniero Manuel Gómez Acosta, que atina en los grandes movimientos. Este enjambre sísmico lleva algún tiempo de matraca, pero durante estos días está teniendo algunas replicaciones. Las
características de esta avalancha de novedades es como sigue: Waterloo ha asumido el papel que siempre tuvieron
los fraticelli de la CUP, proponiendo
la declaración unilateral de independencia como única alternativa; Waterloo, la
expresión mayoritaria de los post post post convergentes, la derecha
libertariana, los niños y niñas bien de Barcelona que han hecho una excursión a
la clase obrera a través del intento de la república independiente de Cataluña.
La CUP que ahora actúa como antes lo
hiciera aquella Esquerra Republicana de Catalunya proponiendo la independencia de los Países
Catalanes para el año 2030. Y ERC que ha ocupado a medias el papel de aquella Convergencia de Jordi Pujol. Este
es el baile caótico que ha resultado de la podredumbre del procés. Que se entere
Ovidio: estas son mutaciones, no lo que él cantaba en sus buenos tiempos. Con
este panorama estamos en condiciones de formular las siguientes hipótesis: 1)
esta gente no lleva a Catalunya a la independencia ni queriendo ni sin querer;
2) pero, a cambio, garantiza un permanente quilombo, esto es, una Cataluña
geminada y una parte de ella enfrentada a España; 3) de manera que, al menos,
en vez de tener una vejez mustia, estaremos activamente tensionados. Post scriptum.--- Don Venancio Sacristán: «Lo primero es antes». |
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