El profesor
Gerardo Pisarello define las conquistas del Estado de bienestar como «bienes
democráticos». Esto es, les da un tratamiento similar a los derechos que –como
las libertades políticas, civiles y sociales--
están contemplados en la Constitución.
Quedamos , pues, en que unos y otros son bienes democráticos. Lo que me lleva a la siguiente consideración
y, posterior, propuesta.
Sería
impensable (al menos por ahora) que un gobierno, por muy termidoriano que
fuera, intentara abolir o “privatizar” determinados derechos constitucionales
–ciertos bienes democráticos como, por ejemplo, la libertad de expresión o el
ejercicio de la huelga-- sin modificar la Constitución. Pues
bien, siguiendo a Pisarello ¿por qué los gobiernos tienen manga ancha y
discrecional para proceder a privatizaciones, a golpe de decreto, al
devastamiento de amplias parcelas del Estado de bienestar y sus bienes
democráticos?
Así pues, la Constitución requiere
se modificada: necesitamos que los «bienes democráticos» del Estado de
bienestar sea blindados al igual que los otros de naturaleza, digamos,
inmaterial.
1 comentario:
Eso ocurre porque el pueblo, las fuerzas sociales que lo componen los consienten, así de cortito y así de claro
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