["Suso" Cechi d´Amico]
El otro día hacíamos una sugerencia a la Confederación Europea de Sindicatos, concretamente en EL SINDICATO EUROPEO Y LA REFORMA LABORAL ESPAÑOLA. Mi viejo amigo Francisco Prado Alberdi –de manera precavidamente lúcida-- me dice: “No te van hacer ni puñetero caso”. Lo más seguro es que tenga razón. Pero eso no cambia que la propuesta, moderada y factible, tenga fundamento. De todas formas, intuyo que alguien con sentido común la propondrá do corresponde y, de esa manera, avivará el seso parcialmente dormido de los dirigentes del sindicato europeo. Por lo demás, tengo la intención de seguir inquietando cariñosamente al Gotha sindical con ciertas sugerencias no menos factibles. Pero antes, es preciso hacer una consideración: la mejor manera de que los compañeros del sindicato europeo se avengan a tan fundadas razones es que los sindicatos nacionales establezcan el protocolo que se reclama en la propuesta mencionada. De momento podrían empezar a ponerlo en marcha unos cuantos.
Y sigo molestando con otra propuesta. Que se basa en una experiencia que me contó, tiempo ha, mi amigo Quim González, primer espada de la Federación de los Químicos y Textiles españoles de Comisiones Obreras, esto es, de FITEQA. Me dijo que una delegación de los químicos españoles había visitado Italia: eran tiempos de Sergio Cofferati (con Gaetano Sateriale, su mano derecha) al frente de los químicos de la CGIL. Quim González había sido invitado a participar en una negociación colectiva de ámbito italiano, formado parte de la delegación italiana. Que no tuviera una posterior continuidad no impide la bondad de la experiencia. Cierto, que tampoco me hagan “ni puñetero caso”, tampoco cambia las cosas, simplemente mantiene todo un secarral de viejas experiencias.
Pues bien, ¿no sería enriquecedor abundar gradualmente en esa experiencia? Porque se trataría de una ampliación de los horizontes sindicales. Intuyo que serían muchas las ventajas de establecer esa práctica, y no veo ningún elemento perturbador o negativo en ello.
Y sigo molestando con otra propuesta. Que se basa en una experiencia que me contó, tiempo ha, mi amigo Quim González, primer espada de la Federación de los Químicos y Textiles españoles de Comisiones Obreras, esto es, de FITEQA. Me dijo que una delegación de los químicos españoles había visitado Italia: eran tiempos de Sergio Cofferati (con Gaetano Sateriale, su mano derecha) al frente de los químicos de la CGIL. Quim González había sido invitado a participar en una negociación colectiva de ámbito italiano, formado parte de la delegación italiana. Que no tuviera una posterior continuidad no impide la bondad de la experiencia. Cierto, que tampoco me hagan “ni puñetero caso”, tampoco cambia las cosas, simplemente mantiene todo un secarral de viejas experiencias.
Pues bien, ¿no sería enriquecedor abundar gradualmente en esa experiencia? Porque se trataría de una ampliación de los horizontes sindicales. Intuyo que serían muchas las ventajas de establecer esa práctica, y no veo ningún elemento perturbador o negativo en ello.
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