martes, 27 de marzo de 2007

DOS PROPUESTAS FACTIBLES PARA UNA PIZCA DE EUROPA SOCIAL (1)


Estamos a la vuelta de la esquina del año 2009. En esas fechas se darán dos acontecimientos: uno, habrá elecciones al Parlamento de Estrasburgo; dos, los viejos países miembros del patio de vecinos europeo deberán eliminar las restricciones –a menos que se inventen alguna triquiñuela-- a la libre circulación de los trabajadores de los nuevos países. Por cierto, la Presidencia estará en manos de Chequía y su lema será, al parecer, “Una Europa sin barreras”.


Es de esperar que el Congreso de la Confederación europea de sindicatos (Ces), que se celebrará dentro de unos días en Sevilla, dará un impulso al proyecto de la Europa social. Y, como dijimos ayer, también es deseable que el sindicato europeo proponga un mínimo común divisor de tutelas y protecciones sociales que, apoyadas consecuentemente, vayan creando razonables parcelas de welfare. La Ces, afirmábamos ayer, no puede continuar siendo una oficina de registro de lo que hacen los sindicatos de los diversos Estados nacionales. Ahora bien, mientras los congresistas deciden lo que estimen conveniente, por mi parte me permito hacer dos propuestas que son objetivamente una pizca de Europa social. Pero, antes de meterme en harina, séame permitida una justificación de las mismas.


El cuadro que regula la libre circulación de trabajadores está todavía lleno de agujeros y de cuestiones que precisan una pertinente aclaración. Especialmente en todo lo que se refiere a las cuestiones del welfare. Y faltan instrumentos de protección y tutela tanto por parte de las empresas como de las Administraciones públicas, piénsese por ejemplo en la ausencia de eficaces “redes de seguridad” como interferencia de las fricciones y estropicios de los mercados. En base a ello, pienso que sería factible poner en marcha antes de 2009 estos dos propuestas, esta pizca de Europa social.


La primera. La puesta en marcha de una directiva que haga obligatorio para todos los países miembros de un esquema de renta mínima garantizada. Aclaro: no estoy pensando en el planteamiento del basic income que defienden entre nosotros los profesores Antoni Domènech y Daniel Raventós, muy cercano al de Phillipe van Pariijs. Pienso en algo similar a la renta mínima de inserción que, negociada por los sindicatos catalanes en mis tiempos, se convirtió en ley del Parlament de Catalunya.


La segunda. Iría en la dirección de lo que apunta Global Adjustment Fund (GAF). Se trataría de un fondo que debería erogar prestaciones a los trabajadores afectados por despidos colectivos como consecuencia de las fluctuaciones del comercio internacional.



¿Qué cómo se financia todo ello? Pero, hombre ¿tengo que ponerlo yo todo? Por el amor de Dios, pon tú el resto. Gracias.



Naturalmente se trata de “una pizca”. Pero en todo caso algo más concreto que los planteamientos gelatinosos de las declaraciones, como la última, de la Comisión europea. Que por lo general le dan a la manivela de la retórica y, si rascas, sólo encontrarás que dicen: “Costa, la de Levante; playa, la de Lloret”, posiblemente en homenaje a la ópera Marina, del maestro Arrieta.



Parapanda, Marzo de 2007

Proyecto de Programa Estratégico y Plan de Acción



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