1.---
Lucha de contrarios en los Estados Unidos: de un lado, la maquinaria
gubernamental se ha puesto ya al servicio del presidente electo, Joe Biden; y, de otro lado, Donald Trump, el hombre--bronca, hace de piquete
electrónico llamando a sus parciales a la insurrección.
«La
ley de la lucha de contrarios es la médula y esencia de la dialéctica
materialista», nos enseñaba el profesor de filosofía marxista en el Penal de
Soria, al que nos llevaron forzosamente y que nosotros aprovechamos para estudiar,
pasada ya la áspera controversia entre Manuel Moreno
Mauricio y Ramón Ormazábal, que relata Enric Juliana en su celebrado libro. Lucha de
contrarios: de una parte, el Servicio Secreto ha puesto ya sus efectivos para
proteger al presidente electo y la autoridad pertinente ha cerrado el espacio
aéreo del domicilio de Biden; de otra parte, la familia del hombre—bronca arremete
contra la Corte Suprema y la dirección del Partido
Republicano por hacer solamente una «defensa tibia» de su papá.
En
todo caso, el hombre—bronca está más irascible por dos elementos que por haber
sido superado ampliamente en votos por su rival. Porque Wall Street y las
bolsas han reaccionado al alza al conocerse la marcha de los resultados y por
la reacción de su «cadena amiga» --la Fox de Rupert Murdoch— que fue la primera en dar los
resultados de Arizona, dando vencedor a Biden. Puñalá trapera, butifarra sonada.
2.---
Trump no cesa en su numantinismo. «Después de mí, el diluvio», pudo haber leído
en el Raeder`s Digest.
De Luis XV. Y, según
parece, está agudizando el temporal. Ahora, con características casi
insurreccionales. A más –y cualificados— adversarios, mayor bronca de barricada.
Llegará, se supone, hasta donde le permitan las autoridades gubernativas con
las esposas. En todo caso, me atrevería a decir que tanta aparatosidad verbal
podría tener un objetivo: estructurar y consolidar el movimiento
de movimientos que le ha apoyado hasta convertirlo en la prótesis política
a su servicio.
Ese
movimiento de movimientos –de fundamentalistas religiosos y negacionistas de
toda laya, de nihilistas al por mayor y terraplanistas bíblicos— ha confluido
explícitamente durante este proceso electoral en un conglomerado proto—político
al servicio de Trump. No recordamos una cosa parecida, por la amplitud de esa
gatería, en la historia de los Estados Unidos.
3.---
Trump ha sido vencido con desahogo. Pero las mimbres que le han llevado a tener
cerca de setenta millones de votos están ahí. Ya veremos qué surge de ese
comistrajo así para consumo doméstico en los USA como para su exportación al
resto del mundo. Ya veremos si el Partido Democrático americano tiene en cuenta
la regla de oro del sacristanismo
concreto: «Lo primero es antes». Esto es, analizar con el microscopio los
motivos que han construido ese movimiento de movimientos al servicio de Trump.
4.---
Europa puede respirar, de momento. España puede respirar, de momento. El
neopopulismo europeo está ahora mismo en peores condiciones que cuando empezó
el proceso electoral norteamericano. Los monaguillos españoles del hombre—bronca
no han hecho repicar las campanas. Pero neopopulistas europeos y acólitos
españoles han seguido atentamente el curso de Polito--broncología que las
cadenas de televisión y los tuiters han emitido del hombre—bronca. Unos y otros
están en primero de Trump. Ignoramos, de momento, cuántos cursos tiene esa asignatura.
Post
sriptum.--- Don Venancio Sacristán, patriarca del sacristanismo concreto,
enseña: «Lo primero es antes».
Bibliotequilla
sobre estos asuntos:
Elecciones americanas y algunas de nuestras cosas
Las repercusiones de ´la cosa´ americana en nuestro
patio de vecinos
Biden a punto de
sentarse en el despacho ova
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