domingo, 1 de abril de 2012

EL COMPROMISO SINDICAL DE LOS IUSLABORALISTAS ESPAÑOLES



De unos años a esta parte se está acentuando el testimonio de un buen número de iuslaboralistas –profesores universitarios de alto prestigio y reconocida fama académica en España y el mundo entero— con el movimiento de los trabajadores y el sindicalismo confederal. Lo nuevo ahora es que a la calidad de sus aportaciones se ha sumado un amplio grosor que recorre todas las universidades. No pocos de ellos tienen un compromiso militante con aportaciones teóricas muy valiosas que ayudan sobre manera a la práctica contractual en todos sus terrenos. Digamos, pues, que –desde la personalidad científica de este colectivo— aportan los saberes y conocimientos propios de su disciplina académica. Lo que se pone de manifiesto en una prestigiosa  Editorial Bomarzo dirigida por don Luis Collado (en la foto) y su magnífica Revista de Derecho Social, que es un ejemplo de diálogo permanente entre el derecho y el sindicalismo.   

Esta experiencia, que viene de antiguo, debería servir de estímulo al sindicalismo confederal para otros sectores de la intelligentzia.  Yendo por lo derecho: el sindicalismo confederal debería meditar sobre cómo trasladar ese vínculo con el iuslaboralismo militante hacia, por ejemplo, el mundo de las ciencias técnicas. Pongamos que hablo de los ingenieros en todas sus especialidades, cuya relación con el sindicato no es tan vasta y difusa como la que existe en el terreno de los profesionales del Derecho del trabajo.

Permítaseme un recuerdo: en la empresa barcelonesa Ram (de productos lácteos) el comité de empresa, dirigido por los hermanos Ruiz, dos portentosos sindicalistas en los años ochenta, el vínculo entre la gente de mono azul y los de bata blanca, según dejó acuñado Marcelino Camacho, era muy potente. Era un compromiso que no sólo ayudaba mucho a la estrategia sindical sino que, muy especialmente, proponía a la empresa nuevos productos y una forma de producir como fruto de las capacidades científicas de los ingenieros y técnicos de la empresa. Aquella experiencia no supimos generalizarla en mis tiempos a otras empresas y sectores.

El sindicalismo confederal necesita acercarse a las categorías técnicas de la misma manera que, salvando las diferencias, lo ha sabido hacer con los iuslaboralistas. Máxime cuando ingenieros y otras categorías técnicas son sujetos que están en el interior del centro de trabajo. Por cierto, en buena medida esto fue así en ciertas federaciones como, por ejemplo, en el sector de las Químicas donde en sus grupos dirigentes estuvieron directamente, y siguen en ello, implicados en puestos de responsabilidad sindical.      

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