En
el palacete de Waterloo los nervios estaban a punto de estallar: la sombra de
su aparente titular, Carles Puigdemont, se
iba disolviendo como un azucarillo en al agua. Algunos de los palafreneros
intentaban ocultar su inquietud porque nadie –vicario, correveidile o paniaguado
de la plaza de Sant Jaume-- requería
para uno u otros asuntos al hombre de Waterloo. Y lo peor de todo: el Parlament
de Catalunya se aviene a censurar al viejo partido del Patriarca como corrupto,
amén de exigirle que devuelva el dinero robado, y nadie de los herederos de
aquella partida ha llamado a Waterloo en demanda de socorro.
Laura Borrás, primera dama del PDeCAT en
Madrid, entiende el mensaje que viene de allende los Pirineos. Ella está
también en coplas judiciales. Laura Dedos Ligeros sabe que es necesario que el calamar
suelte toda su tinta como elemento de distracción. Y es cuando se organiza la
gran boutade: el grupo parlamentario de los post post post convergentes propone que Carles
Puigemont forme parte, en su calidad de reputado experto –no importa en
qué-- en la comisión parlamentaria del
Congreso de los Diputados.
Como
mínimo estos son los motivos de tan chocante planteamiento: 1) sacar a
Puigdemont del ostracismo en que se encuentra, 2) tapar los ecos de la
corrupción de Convergéncia que ha vuelto a sancionar la justicia, y 3)
sabedores de que nadie aceptará a Puigdemont como experto de esa manera
tendremos un nuevo agravio acumulado. Nuevamente un agravio caballuno pues las tietes y los tiets de Cataluña dan por sentado que el hombre de Waterloo es un
experto en todo en general y en coronavirus en particular.
P/S.---
Curiosidades blogísticas: El desierto de los tártaros.
Ignacio de Mágina: https://desiertodelostartaros.com/2020/05/27/valor-de-uso-valor-de-cambio/
El Bizco Pardal: https://desiertodelostartaros.com/2020/05/27/de-la-seda-de-los-balcones-al-percal-de-la-sanidad-publica/
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