jueves, 28 de mayo de 2020

La irredenta estrategia de la tensión




Los sociólogos de las más variadas cepas coinciden en que el zafarrancho político no se está traduciendo en desgaste electoral del PSOE ni del gobierno. De hecho la reciente encuesta de Metroscopia, que dirige Juan José Toharia, mantiene a los socialistas en primer lugar en torno al 30 por ciento; lejos –a diez puntos--  está Casado casaseno y sus encolerizados parciales.  Es decir, caen chuzos en punta con un temporal cada vez más turbulento y el PSOE y Unidas Podemos mantienen las distancias. Es el fracaso de la tensión que se diseñó en las covachuelas de la FAES.

El irascible hombre de Marbella comparte con el de Waterloo un rasgo: no cambies de planteamiento aunque eso se traduzca en una ristra de reveses; hay más días que longanizas, de manera que sigue apretando ad nauseam. En estos colodrillos asilvestrados el método «error y acierto» brilla por su ausencia. Si el clima de tensión no da resultando –parecen creer--  es porque no hay suficiente tensión. Más madera, pues. Sépanlo, si Casado estuviera más cerca se pondría la pelliza de centrista.

Ahora bien, este clima de tensión del PP se caracteriza porque en el palo del gallinero hay dos tábanos que se disputan el título de macho alfa: Casado casaseno y la Señora marquesa. Esta pugna inter pares tiene dos efectos muy dispares: uno, aumenta el berenjenal político; dos, pero ese ruido es, a veces, una disputa entre los dos gallos que se pisan la manguera el uno a la otra y viceversa. Sin embargo, ambos se empecinan en –al igual que Waterloo y sus paniaguados--  prodigarse en el error.

Aviso: calma, ponderación. Todo indica que el tiro les saldrá por la culata.

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