Pedro López Provencio
Productividad.
Antecedentes.
La forma que ha adoptado el trabajo, el proceso
productivo y el reparto de la riqueza obtenida, han contribuido decisivamente a
conformar la sociedad en cada momento. Una vez más, con la implantación de lo
que se ha dado en llamar “industria 4.0”, el cambio está servido. Lo que
conviene averiguar pronto es si, en la nueva configuración social, intervienen
decisivamente el Poder Público y el Sindicato. O si se deja al albur o a la
conveniencia de los que manejan el dinero y sus directivos.
En la tribu primitiva, el varón tenía
asignadas las tareas de la caza, la agricultura y la guerra. Actividades para
las que la fuerza física y la disponibilidad eran características necesarias y
principales. Mientras, la mujer, generalmente, se ocupaba de las tareas
domésticas, el cuidado de los hijos y, en ocasiones, de auxiliar en las tareas
del varón. Su menor fuerza física y sus frecuentes periodos de gestación
suponían un impedimento. La familia estaba difuminada, hasta el punto de que
los hijos no precisaban necesariamente identificar al padre. Los bienes que se
obtenían tendían a cubrir las necesidades de subsistencia. En buena parte, se
colectivizaba lo obtenido por los varones, para que beneficiase también a
mujeres, niños y ancianos. La pervivencia de la tribu, la comida, el cobijo, y
la obtención de gratificaciones sexuales, eran los principales incentivos del
trabajo.
Con la institución de la propiedad
privada se particularizó e individualizó la familia. Para que solo los más
allegados pudiesen disfrutar de los bienes que algunos empezaban a acumular. En
gran medida, a costa de las personas esclavizadas y de los siervos de la gleba.
Ese varón rico se apropió también de la mujer y precisó retenerla en exclusiva.
Para garantizar que eran suyos los hijos que podían disfrutar de sus
propiedades y, a su fallecimiento, los heredasen. La acumulación de riqueza y
poder resultó ser un incentivo que aún perdura.
El proceso productivo fue cambiando. De
la división social del trabajo protagonizada por los artesanos, se pasó a la
división capitalista del trabajo protagonizada por los obreros. Los artesanos
precisaban saber cada vez más y a los obreros se les condicionaban a saber cada
vez menos. La energía obtenida, en grandes cantidades, de fuentes distintas de
la del hombre y de los animales de tiro, contribuyó decisivamente a los
cambios. La primitiva energía eólica e hidráulica precisaba ser consumidas en
el mismo lugar en que se producía. Más tarde, con la máquina de vapor
alimentada con carbón, la electricidad y el motor de explosión con derivados
del petróleo, la energía pudo ser transportada y utilizada en lugares distintos
al de su obtención.
Esa cantidad de energía disponible, más
la concentración de los trabajadores en las fábricas, propició la producción en
masa. Para que éstos tendiesen a trabajar al máximo se utilizaba el miedo y la
represión. Como en la esclavitud. Pero, eso solo, producía muchos
inconvenientes conforme la concentración de obreros fue aumentando. Precisaba
de una vigilancia constante. Muy costosa. Se tuvieron que idear y utilizar
otros procedimientos. Ahí apareció Taylor.
Texto
completo en http://theparapanda.blogspot.com.es/2017/03/productividad-primas-e-incentivos.html
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