martes, 4 de agosto de 2015

“España, proyecto común” o “Para qué, seguir juntos”

Escribe Manuel Gómez Acosta*



Mi querido amigo Quim González, sin duda uno de los sindicalistas más brillantes e inteligentes que conozco, en su artículo titulado ¿Para qué? “La independencia de Catalunya o una España en común”,  publicado el pasado 20 de julio en este “blog”, se planteaba la necesidad de dar respuesta a la pregunta del ¿Para qué, seguir juntos? (1) Intentaré responder a la reflexión solicitada por el “company i amic” Quim.

El bloque secesionista liderado por Artur Mas y su aparato de agit-prop ha decidido dar por superada  la primera fase del ¿por qué irnos?, para introducirnos en la segunda fase de su estrategia que responde al ¿para qué seguir juntos?

En esta primera fase,  los secesionistas han desarrollado con gran habilidad y contando con un poderoso aparato mediático perfectamente “engrasado”, la  iconografía de una estrategia basada en los agravios recibidos soportado por el trípode: el “España nos roba”  (el llamado “expolio fiscal”),  el ataque a la lengua catalana calificado como genocidio cultural y el atentado a nuestra dignidad como pueblo como consecuencia de los recortes a algunos artículos del Estatut del 2006, en la desafortunada sentencia del TC de julio del 2010, auspiciada por el posicionamiento  irresponsable del PP en contra de dicho Estatut

A la estrategia anterior añaden todo un argumentario que crea un universo taumatúrgico soportado por una hábil manipulación  de nuestra historia compartida, convirtiendo una guerra civil europea como fue la guerra de sucesión de 1714 y la guerra civil española de 1936/1939 en ataques contra Catalunya perpetrados por la pérfida España de matriz “castellana”

Por cierto, el argumentario del “expolio fiscal” poco a poco se ha ido diluyendo y dejándose de utilizar, al verificarse de forma académica y rigurosa los argumentos económicos desarrollados por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas que apuntan que el déficit fiscal de Catalunya que equivale al  4,35% de su PIB, nos sitúa en el tercer lugar detrás de Comunidades como Madrid con el  8,8% o Baleares con el 5,7%. El “expolio fiscal” va desapareciendo poco a poco del imaginario secesionista…

Puestos a ser pedagogía, convendría recordar que la balanza comercial entre Catalunya y el resto de España representa un saldo positivo de +14.969M€, siendo deficitario el saldo de Catalunya con el extranjero  en unos -11.000M€. ¿Por qué poner en peligro nuestra relación con nuestro principal socio comercial?

Entramos pues en una segunda fase en la que Artur Mas asegura que, cuando Catalunya sea independiente, nuestras tasas de paro serán como las de Dinamarca o Austria, las infraestructuras como las de Holanda, el modelo educativo de Finlandia y nuestra agencia tributaria será modélica siguiendo la referencia de Australia, donde sus ciudadanos acuden a pagar sus impuestos de forma alegre y confiada, no como la del Estado en el que convivimos,  cuyo ADN predispone a la evasión fiscal. Por todo ello la pregunta que nos hacen los secesionistas es ¿para qué seguir juntos?

Estas tesis expuestas de forma exhaustiva y reiterativa por todo el aparato mediático, no se discuten,  el que lo hace queda fuera del sistema. Constantemente se exigen compromisos patrióticos, como por ejemplo el bochornoso espectáculo de los candidatos a la presidencia del Barça que se han prestado al “juramento” de fidelidad a “la lista del President”.

Respondamos pues al ¿para qué, seguir juntos”

Necesitamos construir un relato en que la cohesión nacional de todos los pueblos de España no sea solo una galería de banderas, de himnos y aromas de leyenda sino sobre todo un proyecto común.

Como comentaba el Presidente de Asturias, Javier Fernández,  en su toma de posesión “La crisis económica y su secuela de desigualdad rompe el espinazo a la cohesión social y surge el sálvese quien pueda, la supremacías de la identidades que rompen la igualdad y la cohesión" ¿Cómo contraponer a la poderosa narrativa de los mitos, la emoción de seguir juntos y construir un nuevo proyecto, la necesidad de reformar en lugar de romper los espacios de convivencia construidos durante siglos?

Antes de responder a la pregunta que encabeza esta reflexión, debemos apuntar que a Catalunya no le  ido nada mal formar parte de la España Constitucional,  los datos macroeconómicos así lo avalan. Algunas de las inversiones públicas más importante durante este periodo, se han desarrollado en Barcelona y Catalunya. Los Juegos Olímpicos del 92, el Plan Delta del Llobregat,  la conversión de  Barcelona en el primer “hub” logístico del Mediterráneo , constituido por una terminal  aeroportuaria la T1 que recibe casi 30 millones de pasajeros/año, un puerto de contenedores y una terminal de cruceros que lidera las operaciones en el Mare Nostrum, unas infraestructuras de movilidad de referencia en toda Europa, una red regional de alta velocidad que une sus cuatro capitales de provincia algo inusual e inédito en las Áreas Metropolitanas europeas.

A los secesionistas les interesa la manipulación que identifica España con el gobierno del PP. El asfixiante control mediático subvencionado del aparato de agit-prop de la Generalitat, ha intoxicado a la ciudadanía y solo ha desarrollado el relato negativo  del proyecto España ,a la que  identifica  con la corrupción, el desmantelamiento del “Welfare”, las políticas favorecedoras de la desigualdad, la ineficacia administrativa, la prepotencia y la intolerancia a la hora de gobernar, pero nos engañan: el PP no es España. A una mayoría de españoles no les gusta esta España y por eso quieren (queremos) cambiarla

España es una gran “nación de naciones”,   con importantes activos en todos los sectores. Un país que lidera las tecnologías en el campo de las energías renovables, con una importante reserva de  capital humano y un prestigioso núcleo de investigadores en diversas materias como la biomedicina  que se han visto obligados a emigrar ante la  ausencia de políticas activas de I+D+i.

España es uno de los líderes de la industria de la automoción, sus empresas de ingeniería y construcción lideran a nivel mundial las grandes infraestructuras del transporte y de la energía,  la señalización, los sistemas de automatización y las comunicaciones ferroviarias. Somos líderes mundiales en trasplantes de órganos, nuestro sistema de salud pública era uno de los mejores del mundo antes de ser deteriorado por las políticas antisociales del gobierno del PP  y sin embargo podemos recuperarlo…

Es necesario mirar hacia adelante , plantearnos la necesidad de construir un sólido "proyecto común", capaz de generar apoyos y consensos, de educar en la pedagogía de la convivencia,  de motivar,  de apasionar.

La secesión es el significante vacío, la confrontación, el enfrentamiento, la quimera que  genera frustración, la ruptura de la legalidad democrática, la imposición de una supuesta legitimidad popular, las elecciones llamadas plebiscitarias donde los votos valen diferente en función del origen territorial..

Ahora más que nunca es necesario actualizar, reconstruir, reformar el edificio común constitucional. No hay mejor manera de legitimarlo que facilitar su reforma y modernización. Reconstruir una Constitución que desarrolle un “federalismo constitucional”  capaz de articular la  unidad en la diversidad y haga de lo “federal” una solución integradora.

La heterogénea complejidad federal frente a la simplicidad del “dogma de fe” independentista, la integración de la singularidad frente a la exacerbación de lo “diferencial”. La necesidad de la negociación y la búsqueda del acuerdo, poniendo en valor lo que tenemos en común, frente al discurso totalitario de la “mayoría se impone”

La cooperación reticular frente a la bilateralidad egoísta, la solidaridad entre ciudadanos libres frente el egoísmo de los territorios

¿Alguien duda de que nuestro atacado “Estado del Bienestar” se defiende mejor desde la unidad de los pueblos de España y de su clase trabajadora?.

Los trabajadores catalanes necesitamos del resto de los trabajadores españoles para reconstruir una nueva mayoría de izquierdas. Juntos podemos hacerlo. Necesitamos arrebatarle a la derecha catalana y a las elites dominantes catalanas su discurso hegemónico, no olvidemos que la derecha en Catalunya ha gobernado demasiado tiempo y pretende seguir haciéndolo…

Luchar por la hegemonía es posicionarnos no solo desde la razón democrática sino desde la pasión de seguir juntos en un proyecto compartido, la España federal: la del gaditano Fermín Salvochea,  la de  los catalanes Pi i Margall  y Solé Tura, la del castellano Anselmo  Carretero,  la de nuestro entrañable  amigo y camarada Santiago Carrillo.

Los secesionistas me recuerdan a esos ciclistas que ocupan la acera de nuestras ciudades y se enfadan si les recuerdas que la acera no es solo de ellos. Ante tu exigencia de que cumplan la ley de la ciudad habitable, del espacio compartido, responden con  la "legitimidad" de su "derecho a decidir" por donde circulan.

*Ingeniero industrial, miembro de Federalistes d’Esquerres




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