Primero
El mundo del trabajo europeo ha dado hoy una
formidable respuesta a las políticas neoliberales que recorren nuestro viejo
continente. La Confederación
Europea de Sindicatos ha provocado esta novedad: la
coordinación explícita en una serie de países que han realizado --en los casos
de España, Portugal, Chipre, Malta e Italia— una contundente huelga general y,
en otros, importantes movilizaciones ciudadanas. De esta experiencia, a buen
seguro, el sindicalismo europeo sacará sus oportunas consecuencias. Aunque sí
estamos en condiciones de apuntar, todavía de manera genérica, que se ha dado
un primer paso en la concreción de la acción sindical europea propiamente
dicha. Ahora sólo es el momento de una primera reflexión de urgencia, referida al acontecimiento español.
Segundo
Esencialmente ha sido una huelga que ha afectado a
una importantísima franja del conjunto asalariado de la industria y la
construcción, del campo y de los sectores terciarios, de las administraciones
públicas y del mundo del deporte. Y el universo de la cultura más granada de
nuestro país. Todos esos sujetos convocantes han situado las responsabilidades
del gobierno central y, también en el caso de Cataluña, del govern nacionalista
de derechas.
A la huelga se han adherido, dándole mayor
visibilidad, no pocos sectores
ciudadanos, muy en especial el comercio de proximidad que han entendido que
también la cosa iba con ellos. Mención
especial merece por su singularidad el llamamiento a la huelga de la asociación
Jueces para la Democracia.
Esta acción democrática nacional ha sido la gran
confluencia de todas aquellas movilizaciones sectoriales; de ahí que
objetivamente podamos hablar de una puntual reunificación de voluntades y de
ánimos de la gente de carne y hueso en la que una miríada de sujetos sociales
ha compartido esa reunificación de objetivos.
Las calles y las plazas han sido un hervidero masivo
de gentes ejerciendo el derecho a la protesta. ¿Cómo no citar el océano de
muchedumbres en las grandes ciudades? Pero ¿qué decir de aquellos pueblos,
villas y lugares –tantísimos en toda la geografía-- que se dijeron con el poeta “a la calle, que
ya es hora”. El sindicalismo confederal
español debería hacer un homenaje a todas estas pequeñas ciudades proponiendo
algo simbólico como, por ejemplo, hacer un encuentro en la cumbre en una de
estas localidades. Sería, por así decir, el reconocimiento al trabajo bien
hecho (en ocasiones muy ásperas) por esa militancia de los sueños y las esperanzas.
Esta militancia, que ha implicado a decenas de miles
de personas, es la que ha organizado una
explicación de masas --en el andamio, en el taller, en la oficina, en la
escuela, en los hospitales, en el barrio, a través de la diversidad de redes
sociales-- que finalmente ganó la
batalla informativa. En efecto, muy duras han sido las medidas, pero sin la
explicación organizada el conflicto no habría tenido tanta repercusión. Lo que
ha conducido a la derrota, en el día de hoy, de los grandes aparatos mediáticos.
En fin, esa militancia que ha establecido una conexión sentimental con la gente.
Tercero
Vale la pena retener el amplio movimiento de apoyo
que los sindicatos latinoamericanos han organizado con la lucha de los
trabajadores europeos. No es la primera vez: en anteriores huelgas generales
españolas, nuestro amigo peruano Carlos Mejía, dirigente de la CGTP , nos ha hecho saber, con
testimonios fotográficos en su blog Bajada a Bases (Sindicalismo en el
Perú), las marchas, concentraciones y manifestaciones en Lima. Nunca
hemos correspondido a tanta solidaridad de nuestros compañeros de allende los
mares que están en peores condiciones que nosotros.
Cuarto
Toxo y Méndez han insistido en que “esta lucha es de
largo recorrido. Nada más cierto,
efectivamente. Por ello parecería
conveniente: un análisis pormenorizado de la huelga, un estudio microscópico de
este conflicto valorando el gran gesto en cada centro de trabajo, pero también
estudiando las limitaciones que, en tal o cual ámbito, han existido. A la vez,
los dirigentes sindicales saben perfectamente (y en ello parecen estar) la
relación existente entre lucha de largo recorrido y proyecto organizado. Un
proyecto en su doble vertiente: de alternatividad y de banderín de enganche.
Quinto
Dejamos para una ulterior reflexión los siguientes
asuntos: a) los comportamientos indiferenciados de Fernández y Felip Puig
contra los manifestantes, b) la actitud de compadreo entre Rajoy y Mas para
ningunear la huelga, c) y otros asuntos de no menor interés. Es cuestión de días.
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