Me propongo insistir en la idea que avanzamos Gabriel Jaraba y un servidor en OÍDO SINDICATOS: ¿CUÁNDO SERÁ EL DÍA? En este ejercicio de redacción introduciré una variable argumental que no tuve coraje de explicarla en la anterior ocasión. En primer lugar, me reitero en lo dicho. En segundo lugar (como puede verse fácilmente) no se planteó la unidad sindical orgánica de manera inmediata, ni siquiera a medio plazo. Soy consciente de las dificultades subjetivas que hay al respecto, algunas de ellas referidas a la tan socorrida “condición humana”.
Lo que no quise decir fue lo siguiente: nos podemos encontrar en puertas congresuales ante un balance de insucesos y sin una perspectiva de realizaciones factibles. Así pues, la rendición de cuentas sería un formidable elenco de movilizaciones que no han podido conseguir sus objetivos. Cierto, no está escrito que necesariamente sea de esa manera, pero cabe dicha hipótesis, porque no tenemos la certeza de lo contrario. En ese cuadro, me parece que es necesario proponer un recorrido que se pueda cumplir de manera gradual. La propuesta de avanzar en el camino de la unidad sindical podría ser estimulante. Ahora bien, ¿qué entiendo por gradual? Lo que se refiere a continuación.
Proponer a medio plazo un camino sostenido de concreciones unitarias. Por ejemplo, en un año podría fusionarse –es un ejemplo— una determinada institución de los servicios sindicales de Comisiones y UGT. Otro año, no necesariamente el siguiente, podría fusionarse tal o cual Fundación. Y más tarde podría fusionarse tal o cual Gabinete de asesoramiento o Estudios. Y así sucesivamente. Durante todos esos interregnos se valoraría la evolución de tales procesos unitarios con la idea de avanzar con mayor o menor celeridad. Pasados unos cuantos años es seguro que diríamos: ¡aivá lo que hemos realizado!
Así las cosas, sería un proceso gradualmente gobernado y no impuesto por una serie de situaciones de insuceso o dificultades financieras. Disculpen la claridad de lo que se dice y la claridad de lo que se insinúa.
Lo que no quise decir fue lo siguiente: nos podemos encontrar en puertas congresuales ante un balance de insucesos y sin una perspectiva de realizaciones factibles. Así pues, la rendición de cuentas sería un formidable elenco de movilizaciones que no han podido conseguir sus objetivos. Cierto, no está escrito que necesariamente sea de esa manera, pero cabe dicha hipótesis, porque no tenemos la certeza de lo contrario. En ese cuadro, me parece que es necesario proponer un recorrido que se pueda cumplir de manera gradual. La propuesta de avanzar en el camino de la unidad sindical podría ser estimulante. Ahora bien, ¿qué entiendo por gradual? Lo que se refiere a continuación.
Proponer a medio plazo un camino sostenido de concreciones unitarias. Por ejemplo, en un año podría fusionarse –es un ejemplo— una determinada institución de los servicios sindicales de Comisiones y UGT. Otro año, no necesariamente el siguiente, podría fusionarse tal o cual Fundación. Y más tarde podría fusionarse tal o cual Gabinete de asesoramiento o Estudios. Y así sucesivamente. Durante todos esos interregnos se valoraría la evolución de tales procesos unitarios con la idea de avanzar con mayor o menor celeridad. Pasados unos cuantos años es seguro que diríamos: ¡aivá lo que hemos realizado!
Así las cosas, sería un proceso gradualmente gobernado y no impuesto por una serie de situaciones de insuceso o dificultades financieras. Disculpen la claridad de lo que se dice y la claridad de lo que se insinúa.
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