martes, 27 de julio de 2021

El Padre Junqueras, el Hijo Aragonès y el Espíritu Santo Waterloo


Nuevamente el gobierno catalán está dando la lata, especialmente su presidente, Aragonès García. No pocos analistas, descuidados en su quehacer, se apresuraron a calificarlo de pragmático.  Que este caballero no sea tan extrañamente pintoresco como aquel Quim Torra no parece que ello signifique, para los intereses concretos de Cataluña, un salto de calidad.

El próximo viernes se reúne en Salamanca la Conferencia de Presidentes con dos asuntos de la mayor importancia: el reparto de los fondos europeos y poner la primera piedra en la discusión sobre la financiación autonómica. Pocos encuentros de este jaez han tenido tamaña importancia por las repercusiones de sus posibles acuerdos. La conferencia empieza con mal pie. Aragonès García da plantón porque exige que todos esos asuntos se traten en un encuentro bilateral ´Catalunya – Espanya´, es decir, de tú a tú. Si Pedro Sánchez aceptara tamaño disparate provocaría el levantamiento de las comunidades autónomas de gobierno socialista, la insurrección de las peperas (que van a la conferencia arrastrando los pies) y creando artificiosamente unos privilegios para Cataluña. Una Cataluña que lleva demasiado tiempo queriendo transformar derechos en privilegios al tiempo que se erige en un repositorio de inventados privilegios que quiere convertir en derechos.

En el irresponsable planteamiento de Aragonès García influyen en mayor o menor medida los siguientes aspectos: el incisivo vuelo del moscardón de Waterloo que, a diario, habla ex cathedra corrigiendo las tímidas tendencias a la negociación por parte de Aragonès; la falta de consistencia de ERC intentando girar su acción de gobierno hacia la administración de «las cosas». En resumidas cuentas, Waterloo no gobierna pero influye en el tronco, la cabeza y las extremidades del independentismo catalán. Una influencia que no se orienta hacia los gravísimos problemas de la pandemia, la situación económica y los problemas de la juventud, sino a la quimera, a la escenografía de las canciones de gesta que nunca fueron.

Mucho le costará a los socialistas catalanes enderezar este desaguisado. Ciudadanos se está convirtiendo en un grupúsculo irrelevante y el Partido Popular seguirá con la consigna de Carlos Bilardo: «al enemigo ni agua», y más concretamente aquello de «písalo, písalo». Así pues, esto es complicadísimo, porque tiene una componente teologal desde el independentismo: las extrañas relaciones entre el padre, el hijo y el espíritu santo. Por más señas: Junqueras, Aragonès y Puigdemont.

Colofón: esta es una situación que me recuerda desgraciadamente los versos del  famoso florentino:

«Ahi serva Italia, di dolore ostello,
nave sanza nocchiere in gran tempesta,
non donna di province, ma bordello!»

(Purgatorio, canto VI, vv. 76-78)

 

Que Juan de Dios Calero, de santaferina natío, traduciría de esta manera tan rotunda: ´ ´Desgraciada Cataluña, dolorosamente esclava, chinchorro sin timonel en medio del gran follón, no eres provinciana sino una casa de putas´. El maestro Calero nunca justificó las licencias que se tomó en esta ruda traducción.

 

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